Los perros y los gatos no necesitan gorro y bufanda, pero cuando hay bajas temperaturas, los dueños deberían respetar un par de "normas para el invierno" de cara a hacer más confortable para ellos esta época del año.
Una de las cosas más importantes es prestar atención a sus patas, muy sensibles en estas circunstancias.
"El frío seco no es un problema para los animales gracias al pelaje que tienen", dice el veterinario alemán Rolf Spangenberg, autor también de libros sobre animales.
Pero es importante que cuando el perro sale a pasear esté activo y no quieto durante mucho rato, sobre todo si está mojado.
Si el perro comienza a tiritar, hay que interrumpir el paseo y regresar a casa.
Además, los expertos aconsejan que en caso de temperaturas extremadamente bajas no se den largos paseos con las razas de pelo corto y con los perros muy delgados y que estos se sustituyan por salidas al aire libre de corta duración pero más frecuentes en el día. Así se evitarán congelamientos en las orejas o las pezuñas.
Tras el paseo hay que secar a los perros con esmero y evitar que sufran corrientes de aire.
Hay personas que no ven bien que a los perros se les pongan abrigos. "Pero no hay que demonizar estas prendas", dice Astrid Behr, de la Asociación de Veterinarios en Ejercicio de Alemania.
Son útiles para los perros pequeños, que suelen tener frío fácilmente porque apenas tienen defensas frente a él, así como en el caso de canes enfermos.
Si el perro necesita protección frente al frío, el veterinario Spangenberg aconseja materiales transpirables. "Meter al perro en un traje de cuerpo entero que además es de plástico es un martirio para el animal", señala.
Las pezuñas no están especialmente preparadas para el frío del invierno, donde además la sal distribuida en las calles para evitar que se forme hielo y la gravilla pueden causarles problemas.
"Se aconseja lavar con agua tibia las pezuñas tras el paseo y controlar que no haya hielo entre los dedos", dice la veterinaria Behr. En caso de que haya inflamaciones hay que llevar al animal al veterinario.
Antes de salir a dar el paseo se puede preparar al animal untándole vaselina, grasa o algún otro tipo de pomada en las pezuñas. Para los animales más sensibles se aconsejan también zapatos para perros hechos de cuero o materiales especiales.
En el caso de los gatos, cuando habitualmente se deja salir al felino de casa, sus salidas durante el invierno no deberían ser problemáticas.
No obstante, en el caso de los gatos caseros, no es una buena idea comenzar a permitirles salir en esta época del año ya que no están acostumbrados a las bajas temperaturas y seguramente no han desarrollado un manto de pelo apropiado para ellas.
A los gatos que sí están acostumbrados a salir no se les debería no obstante permitir hacerlo por la noche en esa época del año y mucho menos dejarlos fuera a pasar la noche.
Quien quiera llevarse a su animal de vacaciones deportivas en invierno debe pensar en proporcionarle una protección para los ojos. Existen gafas para perros.
"La fuerte radiación solar en las montañas puede provocar conjuntivitis", advierte Spangenberg.
Las gafas se pueden volver a utilizar en verano en la playa o en los paseos en automóvil descapotable si se tiene.