Más allá de la ciencia, Albert Einstein tenía una pasión oculta

El Sol de Hermosillo

  · domingo 18 de marzo de 2018

FOTO: Facebook @AlbertEinstein

El creador de la teoría de larelatividad, Albert Einstein, tenía otra gran pasiónmás allá de la física: la música.

"Si no fuera físico, probablemente sería músico. A menudopienso en música. Sueño despierto con música. Veo mi vida entérminos musicales... De la música derivo mi mayor alegría en lavida", escribió como reflejo de su obsesión.

Su instrumento preferido era elviolín. Casi a los seis años dio los primeros pasos dentro delas líneas del pentagrama, aunque decidió dejar la educaciónmusical añadiendo que "los maestros le aburrían".

Cuando descubrió las sonatas paraviolín de Wolfgang Amadeus Mozart, comenzó a arder en suinterior el fuego musical, avivado por las melodías más sobriasde la época.

Junto a Johann Sebastian Bach, Mozartllegó a convertirse en el compositor favorito de Einstein y,según los investigadores, el científico encontró en lascreaciones del genio de Salzburgo, la misma claridad yperfección arquitectónica que buscaba en sus propiasteorías.

Einstein también coincidió con lacapacidad de Mozart de componer música extraordinaria, aunen condiciones de gran dificultad y pobreza.

En 1905, año en el que descubrió larelatividad, vivía en un diminuto departamento y se enfrentaba aun matrimonio tormentoso y dificultades de dinero.

A partir de la experiencia del físicoalemán, muchos estudiosos intentan vincular la música con elmundo de la ciencia.

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Como uno de estos casos, el violinistaJack Liebeck, ganador del galardón al joven ejecutanteclásico británico en el festival Clasical Brits 2010, formóequipo con el catedrático Brian Foster, profesor de físicaexperimental en la Universidad de Oxford, para impartir laconferencia y recital "La música de las esferas".

El hijo del científico alemán, HansAlbert Einstein, aseguró que cuando su padre se sentíabloqueado con alguna teoría física o con un problemacomplicado siempre se refugiaba en la música con la cualgeneraba nuevas ideas para resolverlo.

"La teoría de la relatividad se me ocurrió por intuición yla música es la fuerza que impulsa la intuición, mis nuevosdescubrimientos son el resultado de mi percepción musical",aseguró quien es considerado el científico más conocido ypopular del siglo XX.

La música era la válvula de escapepara sus más fuertes emociones. En sus viajes, frecuentementellevaría consigo a Lina, nombre que le puso a su violín,para pasar varias noches tocando música de cámara en casa dealguien, y lograr numerosas amistades musicales.

Tocaba el violín con pasión yencantaba al público , particularmente a las mujeres, alpunto que se especula una de ellas dijo: "Tenía esa clase debelleza masculina capaz de causar estragos".

Con un estilo de vida bohemio, su notableindiferencia a la ropa y su desgreñada melena oscura, locomparaban más con un poeta que con un científico, aunque enrealidad tuvo de todo un poco, como siempre suele ocurrir con losgrandes genios.

El Premio Nobel también fue un artista.Conectó experimentos matemáticos con notas musicales. Susteoremas físicos guardan alguna extraña conexión con lospentagramas y el lenguaje musical derivó en variables de laciencia.

Puede ser, entonces, que detrás de su clásica fórmulaE=mc2, en la cual la energía de un cuerpo en reposo (E) esigual a su masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz (c) alcuadrado, se esconda también alguna sonata de Mozart comoparte de ese universo relativo.

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