El sector turismo ha sido uno de los más golpeados a lo largo de la contingencia sanitaria por Covid-19, lo que incluye al gremio hotelero, pues algunos se vieron obligados a cerrar de manera temporal y otros de forma definitiva.
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Juan Pedro Vanegas Burke, presidente de la Asociación Sonorense de Hoteles y Moteles, detalló que aunque no se tiene un número exacto de cuántos empleos se perdieron, se estima que fue entre un 15 y 20% de la plantilla laboral en la entidad.
En los restaurantes de los hoteles se redujo al 10% de aforo, mientras que la ocupación de las habitaciones en algunos casos llegó a caer hasta menos del 10%, lo cual los tenía en condiciones no aptas para la operatividad de los negocios, por lo que algunos decidieron cerrar sus puertas temporalmente, principalmente en lugares turísticos como Puerto Peñasco, Guaymas-San Carlos.
“Les resultó mejor cerrar y seguir manteniendo mediante un acuerdo con los empleados, recibir parcialmente su salario y que fueran a casa a cuidarse también… ha sido muy complicado mantener el negocio con una quinta parte del ingreso”, detalló.
Hubo hoteles que cerraron de manera definitiva, la mayoría pequeños que no pertenecen a la Asociación Sonorense de Hoteles y Moteles, la cual agremia a 180 empresas, pero en la entidad hay más 400 que prestaban ese servicio, de los cuales una gran cantidad cerró sus puertas permanentemente.
Regiones como Álamos es donde más se cerraron hoteles, pero la mayoría son del tipo boutique, es decir que tiene pocas habitaciones, por lo que no es tanto problema por el mantenimiento; sin embargo, el hotel más grande de Sonora, ubicado en Puerto Peñasco, también cerró durante algunos días.
“El año pasado pintaba como un excelente año en materia turística, esto con base en mediciones que se hacen de ocupaciones y sobre todo de los eventos que venían ya programados, especialmente en Hermosillo, Ciudad Obregón y Guaymas, que son los destinos de negocios, de congresos, de convenciones, de eventos masivos y sin olvidar la parte de turismo deportivo que había agendado algunos eventos de carácter nacional y otros estatal”, expuso.
Con esto no sólo ganan los hoteles donde se hospedan los visitantes, recordó, sino también restaurantes de la localidad, taxistas, servicios turísticos, entre otros que se vieron frenados por la contingencia sanitaria.
“Está pandemia vino a cambiarnos totalmente el panorama, además de que con toda seriedad y responsabilidad asumimos los decretos que el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Salud, Coesprisson y todas las dependencias, nos invitaron a qué redujéramos nuestras ocupaciones, que en los restaurantes modificáramos los procesos de atención a clientes, que cerráramos bares los hoteles que los tenemos, salón de eventos también”, detalló.
Después de la tempestad, llega una luz de esperanza
Se empezó a restringir todo, de tal manera que hubo una drástica caída, sobre todo en los meses de abril, mayo, junio, hasta octubre y noviembre cuando empezó a cambiar un poco, gracias a la reactivación de sectores que no eran considerados esenciales, como la construcción, minería, e industria manufacturera.
Esto causó que hubiera un pequeño aumento gradual en la ocupación de las habitaciones, pues a excepción de Puerto Peñasco, San Carlos y Bahía de Kino; Sonora tiene vocación empresarial y agrícola, en municipios como Caborca, Ciudad Obregón, el Valle de Guaymas, donde la minería y la agricultura, con mayor flujo de actividad, genera más visitantes.
Indicó que aunque fueron tiempos dónde se vieron muy golpeados, aprovecharon el tiempo para capacitarse en lo que es el virus y la enfermedad, junto a los protocolos de salud y sanidad que se tenían que seguir para evitar su propagación.
“No sabíamos cuánto iba a durar esto, de hecho algunos hicimos planes a corto o mediano plazo y no, al contrario, vimos que fue aumentando, por lo que muchos hoteles nos vimos en la necesidad de hacer ajustes en nuestro personal operativo; algunas empresas decidieron recortar personal, otras hacer convenios de jornadas solidarias con sus trabajadores, otros aprovecharon para otorgar vacaciones que estaban pendientes, personal que ocupaba permisos”, expuso.
Se prepararon para la reactivación
Las capacitaciones que recibieron fueron de todo tipo, por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Comisión de Fomento al Turismo (Cofetur), Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Asociación Sonorense de Touroperadores, Guías y Anfitriones Turísticos, así como de la propia Asociación de Hoteles y Moteles.
Todos los protocolos implementados aumentaron los costos que se le cargaba a los hoteleros, pero no podían subir tarifas por el mal momento económico, además de que casi no tenían huéspedes, por lo que tuvieron que aguantar y parar gastos de inversiones como remodelaciones de infraestructura, entre otros.
“Hemos adoptado muchos protocolos, tanto desde la primera persona de contacto que es en recepción, en los restaurantes, gel, termómetros, señaléticas, mamparas, personal con mascarilla, caretas, guantes; pero también en las habitaciones, donde había que tomar medidas más drásticas”, subrayó.
Esto causó que las habitaciones no se renten de inmediato, sino que una vez que es entregada por el huésped, se da un proceso de desinfección y sanitización profunda, posteriormente pasan hasta tres días sin rentarla de nuevo.
Cómo van en la reactivación
Actualmente tienen permitido un aforo de hasta el 60% de ocupación, pero es un porcentaje que no se alcanza debido a que no hay la cantidad de clientes que se presentan en épocas normales.
“Ojalá la tuviéramos, las ciudades principales como Hermosillo andan en el orden del 40% de ocupación, habrá fines de semana en Peñasco, San Carlos, en Kino que sube un poquito, por motivos obvios, ya hace calor, la gente quiere salir”, apuntó.
Sin embargo, hay una área de oportunidad, que las personas que han querido salir, lo han hecho con viajes locales, dentro del Estado, lo que ha permitido que se reactive un poco más el turismo y con ello la ocupación hotelera.