El uso de diferentes tipos de plataformas digitales se ha intensificado debido a la pandemia por Covid-19, incluso en el ámbito financiero, ya que un gran número de empresas implementaron transacciones electrónicas, por lo que criminales y defraudadores también han encontrado la oportunidad de cometer delitos haciendo uso de las tecnologías modernas.
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José Andrés Chávez, CEO y cofundador de Bayonet, empresa dedicada a la prevención de fraudes por medios digitales, afirmó que en México el comercio electrónico se triplicó durante el 2020, mientras que los fraudes crecieron alrededor de cuatro veces durante ese mismo periodo.
“Hemos visto que los dos tipos de fraudes que son más frecuentes en el país son el robo de identidad y el fraude en los pagos; hay gente que cae, sobre todo gente muy joven o muy mayor”, resaltó.
En cada tipo de acción fraudulenta, los perjudicados son tanto el cliente como la empresa, porque por un lado el comercio absorbe el daño cuando le pagan con una tarjeta robada, puesto que los gastos que se hagan por medio de ella pueden ser no reconocidos en un plazo de 6 meses y el banco exige la devolución del dinero del usuario titular de la cuenta.
“Ese fraude se está sufriendo mucho en comercios de todo México, pero también la persona, porque nadie quiere que estén usando su tarjeta por más que te la reponga el banco rápido y fácil es algo que todos queremos evitar”, señaló.
Por eso mismo, precisó que diversos negocios dedicados a una amplia gama de servicios y venta de productos por Internet se han volcado hacia los servicios de la industria “fintech” (contracción de “finance technology”) para prevenir el fraude financiero en diversas categorías comerciales.
“Todas estas empresas nos contratan para lo mismo, para que al momento de la compra, nos consulten a nosotros y en tiempo real, en milisegundos, hacemos un análisis del dispositivo utilizado, la tarjeta que dio de alta, el IP, el correo, el teléfono. Cruzamos estos datos con los que ya tenemos en esta base y verificamos si el usuario ya hizo fraude y le damos una respuesta para rechazarlo o aceptarlo”, explicó.
Por otra parte, expuso que de acuerdo a estimaciones de Bayonet, México es el país con más amenazas de fraude en Latinoamérica, a lo que se añade que en la región los patrones cambian en promedio entre una y tres semanas, lo que implica que detectar estas transacciones sea un desafío aún mayor.
“Cada empresa cuenta con un análisis propio para identificar los posibles fraudes; sin embargo, al incrementarse estas amenazas, la aprobación de pagos se volvió más rígida, lo que ha limitado un porcentaje importante de transacciones reales”, puntualizó.
A pesar de esto, aclaró que a nivel nacional, alrededor del 60% de las solicitudes de pago son aprobadas, pero esto no implica que el 40% restante sean fraudes, pues de lo que se tiene estimación es que entre el 5 y el 10% de este tipo de transacción sean fraudulentas, mientras que el resto se trata de clientes legítimos que no pudieron realizar la transacción.
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En ese sentido, aseguró que cada vez más es preciso confiar en el uso de las nuevas tecnologías financieras para evitar afectaciones económicas tanto para clientes como para negocios, pues las transacciones electrónicas han ido incrementado en los últimos años, por lo que se requiere estar prevenidos ante un posible fraude, lo que requiere de conocimiento en las formas que existen de este delito y de herramientas que hagan esto posible.