El famoso “san lunes” y los retardos de los trabajadores de la industria de la construcción provocan entre un incremento de 20 a 25 por ciento en el costo de una obra o hasta seis meses de retraso, según cálculos de Lean Construction.
Juan Francisco Pérez, CEO de la consultora, contó a El Sol de México que, en general, las empresas constructoras en México tienen 60 por ciento de tiempo productivo y 40 por ciento de tiempo ocioso que genera costos para las compañías y el sector.
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De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los países con más horas de trabajo a la semana pero es de los menos productivos.
En 2018, los mexicanos trabajaron dos mil 246 horas al año, unas 480 horas por encima del promedio de los países miembro del organismo, pero la productividad alcanzó 20 puntos en una escala de 100.
En el sector de la construcción suelen darse escenarios como el del famoso “san lunes”, que es faltar a la obra en el primer día de la semana, o bien que el personal llegue tarde entre semana o se vaya temprano, refirió Pérez.
“Cuando el personal no está comprometido al 100 por ciento se nota porque hay rotación, ausentismo o en la obra pasan mucho tiempo ocioso, eso impacta en retrasos, calidad y costos de la obra”, contó el directivo.
El directivo recalcó que con un “san lunes” la empresa ya perdió 20 por ciento de la productividad por trabajador.
La ociosidad puede implicar entre 20 y 25 por ciento del costo de una obra, según datos recabados por Lean Construction.
Esto conlleva retrasos en entregas que implican mayores costos operativos, como pagar horas extra a personal o pagar más intereses por un crédito, aseguró.