La vida sin las redes sociales sería muy diferente a cómo la conocemos actualmente, y esta es una realidad que muchos usuarios debieron enfrentar durante las seis horas en que Facebook, así como sus otros productos Instagram y Whatsapp, colapsaron completamente.
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Para la compañía fundada por Mark Zuckerberg la corta pero controversial caída costó un estimado de 79 millones de dólares solamente por la publicidad que no llegó a los ojos de los consumidores durante el tiempo que permaneció fuera de servicio. Sin embargo, el daño para los negocios que operan a través de la plataforma fue mucho mayor.
A nivel mundial se estima que las pérdidas económicas, de las cuales hasta un 80% serían de pequeñas y medianas empresas que dependen de la plataforma, podrían ascender hasta los 968 millones 537 mil dólares según estimaciones de NetBlocks, organización dedicada a la libertad en internet.
En el caso de México la aplicación COST (Cost Of Shutdown Tool) estima que el impacto económico para el país ascendió a unos 13 millones 803 mil 751 de dólares, casi 285 millones de pesos. Aunado a esto la Bolsa Mexicana de Valores vió una caída de 4.63% para Facebook a su cierre del día de ayer.
Según analistas del sector, el verdadero daño para la firma californiana podría no ser solo el impacto directo de suspender sus servicios de publicidad por seis horas, sino el golpe que se ha llevado a su reputación, lo cual podría aumentar la desconfianza de los inversionistas de todo el mundo en el futuro.
Facebook también se encuentra en un periodo difícil luego de que la científica de datos y exempleada Frances Haugen presentara revelaciones que podrían desencadenar uno de los más grandes escándalos desde los inicios de la red social.
En una audiencia ante el Congreso de Estados Unidos, Haugen denunció que la compañía de forma consistente da prioridad a los ingresos por sobre el bienestar de sus usuarios, promoviendo la división en lugar de la conciliación entre grupos políticos, haciendo caso omiso a sus propias investigaciones de los efectos de las redes sociales en la salud mental de jóvenes y siendo un amplificador para desinformación; todas estas situaciones de las que se tiene conocimiento pero se han negado a actuar, señala.
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Actualmente legisladores y miembros del gobierno se encuentran analizando los archivos filtrados por Haugen, quien ha lamentado en sus declaraciones que “casi nadie fuera de Facebook sabe lo que pasa en su interior”.
