Las imágenes del papa Francisco realizando diversas actividades fuera de su entorno eclesiástico, como jugando básquetbol, bailando o rapeando, han inundado las redes sociales en las últimas semanas. La primera “fotografía” que se viralizó fue la del Pontífice utilizando una chamarra blanca tipo puffer, cuyo diseño algunos usuarios atribuyeron a la famosa casa de moda Balenciaga o a Moncler.
Aunque el contexto daba pie a la incredulidad en un primer vistazo, lo cierto es que la imagen parecía demasiado real, algo que provocó que los internautas comenzaran a dudar, e incluso algunos medios de comunicación que no podían corroborar la autenticidad de la imagen. No fue sino hasta después de varios debates y un análisis minucioso de la fotografía, que se logró identificar que era falsa y que había sido creada mediante Inteligencia Artificial (IA).
Al respecto, Raquel Torres Peralta, profesora investigadora del Departamento de Ingeniería Industrial en la Universidad de Sonora, explicó para El Sol de Hermosillo que, si bien la Inteligencia Artificial está presente en el día a día de las personas y ayuda a mejorar la calidad de vida de la sociedad actual, también es una herramienta que debe ser utilizada con responsabilidad, pues los avances tecnológicos están haciendo que la IA vaya a pasos agigantados.
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“Es una herramienta muy importante de trabajo, es como tener un asistente que sabe de todo. Que se tiene que usar con responsabilidad, por supuesto, y tú tienes que saber muy bien cómo utilizarlo, qué tomar, qué no; que es válido y qué no. Pero sí, definitivamente eso va a cambiar nuestros modos de trabajo, la industria, todo”, dijo.
¿Qué es IA, Inteligencia Artificial?
Torres Peralta, quien también es ingeniera en Sistemas de Información, con maestría de Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial, señaló que la IA es una disciplina de estudio y de desarrollo de tecnología, que implica la aplicación de algoritmos, que en palabras simples son como un tipo de receta que se ejecuta para lograr un objetivo.
“Se compone de algoritmos de Inteligencia Artificial que aprenden de acuerdo a lo que han observado, que por lo general son cosas que nosotros les damos para que aprendan, y ya sea: ‘O reconocen el mismo fenómeno cuando ven algo que no han visto antes o lo pueden incluso reproducir”, explicó.
Los algoritmos de hoy en día no solamente reconocen cosas, agregó, sino que también pueden llevarlas a la práctica, como pedirle que dibuje algo de lo que ya tiene conocimiento.
“Básicamente la IA lo que trata de hacer es simular (porque está muy lejos de serlo), simular que trabaja racionalmente como lo hacemos nosotros; está muy lejos de eso todavía, pero es eso lo que intentan hacer”, comentó la profesora.
En ese sentido, recordó que actualmente la mayoría de los dispositivos electrónicos que utilizamos, como teléfonos celulares, tablets, computadoras, relojes, bocinas, entre otras, utilizan inteligencia artificial, inclusive las mismas redes sociales y todo el Internet se basa en algoritmos, cuya función es agilizar nuestro día a día y ofrecernos únicamente cosas que sean de nuestro agrado o que vayan de acuerdo a nuestros gustos.
“Ahorita todo lo que usamos en medios electrónicos está hecho a nuestra medida, como un guante, para que nos sintamos a gusto con lo que hacemos”, expresó.
Por el lado de la medicina, mencionó, la IA está ayudando a crear la llamada medicina de precisión, que conlleva el análisis de una serie de datos específicos sobre cada paciente para poder encontrar el tratamiento que tenga mayor probabilidad de ayudarlo con el padecimiento que tenga.
La irresponsabilidad puede costar caro
Pese a la incontable cantidad de ventajas que presenta actualmente el desarrollo de la Inteligencia Artificial, Raquel Torres hace énfasis en que se debe manejar con responsabilidad, pues también puede provocar efectos negativos, como puede ser en el tema de la educación.
“Tenemos modos de acceso a Internet, gran parte de la población, sobre todo aquí en Sonora, y si tienes un niño que hace su tarea utilizando estas herramientas, pues quizá no va a aprender propiamente a leer, a analizar un texto, a resumir, a redactar, y eso es muy importante porque la estructuración de las ideas que tú haces antes de hacer un texto te ayuda para muchas cosas, incluso para comunicarte a la hora que estás hablando”, expuso.
A pesar de las ventajas, apuntó, que supone el gran acceso a la información, también se está dejando de lado la importancia de que los niños y niñas, adolescentes y jóvenes, formen criterios propios y que tengan la capacidad de discernir lo que es real y lo que es producto de un algoritmo. Por ello, comentó, es necesario que se ponga énfasis en que los estudiantes de nivel básico y medio superior tengan bien afianzadas dichas habilidades.
Ocurrirá lo contrario a nivel universitario, donde ya tendrá un mayor peso el que los estudiantes conozcan y dominen las herramientas tecnológicas y de IA, las cuales les ayudarán a potencializar sus profesiones. Sin embargo, la situación actual está muy lejos de funcionar de esta manera.
“Con el modo de educación que tenemos ahorita en México, lo que estamos haciendo son profesionistas totalmente reemplazables por estas tecnologías, porque los hacemos seguir recetas, los hacemos seguir pasos. La educación ahorita no está como para desarrollar el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la aplicación de lo que vemos en la realidad, es decir, lo que vemos en el libro, pasarlo a la realidad; el desarrollo de la creatividad, del arte, por ejemplo...”, resaltó.
El incremento de la polarización
La profesora investigadora detalló que, otro fenómeno que está provocando la IA es clasificar a las personas en base a algoritmos y, aunque la intención de esto es que cada usuario se sienta cómodo en su ambiente digital, también da pie a un incremento de la polarización y a enfrentamientos en línea, que posteriormente pueden trascender a la realidad.
“Como individuos estamos siendo expuestos a contenido que es producto de algoritmos de IA, y si tú no tienes un conocimiento de cómo funcionan esas cosas, los algoritmos te van encerrando en una burbuja y la realidad que te muestran es la generada por el mismo algoritmo y no necesariamente está apegada a la realidad”, abundó.
Esta situación provoca que cada individuo tienda a creer que su realidad es la única existente y aceptable, lo que después lo lleva a tratar de contradecir las opiniones de los demás.
“Por ejemplo, si tú muestras algún desacuerdo con el gobierno, los algoritmos te van polarizando aún más porque te van mostrando contenido en contra del Gobierno, y de repente tú sientes que todo está mal, que algo muy malo va a suceder. Por otra parte, si estás de acuerdo con el Gobierno, te va a mostrar un país maravilloso donde todo está bien. Entonces perdemos centro, y esta división se va abriendo más”, destacó.
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Raquel Torres añadió que es justo esta dinámica de los algoritmos la que, en muchas ocasiones, está provocando que algunas personas tengan dificultad en distinguir lo que es la realidad y lo que fue diseñado por una IA, como el caso de las imágenes, algunos textos, audios, etc., que suponen un riesgo para la información, al ser complejo diferenciar entre lo verdadero y lo falso.
“Si tu agarras una foto y le haces Photoshop eso se puede corregir. Pero, si tú generas una foto mediante IA no hay marcas, no hay cicatrices en la imagen que te puedan decir ‘ah... no es real’. Entonces, lo que nos queda es precisamente saber cómo funciona esto y tomar criterios para saber si es falso o no”, finalizó.
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