/ lunes 3 de octubre de 2022

TesisTime: Titularse para cambiar al mundo

Una plataforma que permite a estudiantes en activo o incluso a profesionistas aprender a hacer tesis de manera intuitiva, formular su metodología de investigación y aterrizar el objeto de su estudio

Una tesis tiene el potencial de cambiar al mundo, asegura el emprendedor venezolano Johnniel Rojas Martínez. Son ideas que buscan solucionar un problema, crear nuevo conocimiento y expresar la creatividad de los estudiantes jóvenes.

Por eso es una gran oportunidad perdida –platica– el que existan tantos y tantos trabajos de titulación que nunca llegan a ser terminados, o siquiera comenzados.

Para no dejar en el tintero esta creatividad inacabada Johnniel fundó la startup TesisTime.

Se trata de una plataforma que permite a estudiantes en activo o profesionistas aprender a hacer tesis de manera intuitiva, formular su metodología de investigación y aterrizar el objeto de estudio.

La app facilita clases personalizadas dadas por tutores, videos y audios para libre consulta, asesorías en tiempo real, materiales de estudio, métodos prácticos y manuales para la estructuración de los trabajos de investigación, así como servicios de corrección y redacción de textos, de presentación y sustentación de tesis.

Según explica Johnniel, a lo largo y ancho de Latinoamérica existen muchas inconsistencias e irregularidades entre planes de estudio y universidades para hacer una tesis.

Dependiendo de la universidad y país, las metodologías son diferentes, así como los costos que pueden implicar titularse.

Además existe una necesidad de salir al mercado laboral por parte de los recién egresados lo antes posible para ganar experiencia, lo que deja relegado en sus prioridades a los procesos de titulación.

Cuando un egresado busca titularse tres, ocho años más adelante en el camino, formular un trabajo de investigación puede ser complicado y laborioso.

"Para los estudiantes hay un exceso de información, no debería ser difícil de aprender. Esto pasa en Bolivia, Perú y México por igual. Nos dimos cuenta de que muchas veces sí saben, pero tienen miedo, solamente hay que organizarse para finalmente terminar su tesis".

Esto ha generado un mercado negro de venta de tesis, en el cual el emprendedor ha conocido casos que externos cobran desde mil 200 a cinco mil dólares por realizar un trabajo de investigación.

"Aquí en Ecuador hay empresas formales que parecen centros de atención al cliente que se dedican a hacer tesis, pagan publicidad e incluso ofrecen entregarlas en tanto tiempo. Finalmente el estudiante no hace nada".

Según explica Johnniel, los usuarios de la plataforma van entre los 21 hasta los 55 años, muchos de ellos trabajando y con vidas profesionales y personales ocupadas, con poco tiempo para dedicarse a la investigación.

"Son personas que le tienen muchísimo miedo a la tesis con las inseguridades típicas. Eso dificulta el proceso de aprendizaje. Imagínate toparte con un tutor y esa materia que te habla en miles de términos científicos".

El nicho de mercado de TesisTime suena reducido, sin embargo es uno cuyas cifras se calculan en millones. De acuerdo a El Banco Mundial, previo a la pandemia existían alrededor de 20 millones de estudiantes en toda Latinoamérica a lo largo de 60 mil programas de estudios universitarios.

De ese universo apenas el 50 por ciento terminan sus cursos y se titulan, estimó la Institución en su estudio "Momento decisivo, La educación superior en América Latina y el Caribe".

Para México estimó el porcentaje de graduados en Ciencias en apenas 5.5 por ciento, Humanidades el 4.4 y Educación el 12.5 por ciento.

Esto tiene implicaciones importantes en el desarrollo profesional de las personas, reduciendo sus oportunidades laborales y en consecuencia su calidad de vida.

En México, añade Johnniel, cada año se gradúan apenas 4 millones de estudiantes, una cantidad pequeña si se compara con Venezuela, que gradúa una cantidad similar pero con una población mucho más pequeña.

Las razones pueden variar drásticamente, pero en general Johnniel observa que el hecho de que existan tan pocas tesis en Latinoamérica se debe a carencias formativas, especialmente de los estudiantes con menos recursos económicos.

Johnniel Enrique Rojas Martínez es un venezolano de 31 años para quien el proceso de titulación le generaba insatisfacción y confusión desde sus años universitarios.

"Había muchísimas irregularidades en la universidad. El estudiante llegaba al décimo semestre, estaba en la defensa y la sustentación y lo reprobaban con sus familiares atrás frente al jurado. Tenía que volver a hacer otro semestre, pagarlo, pagar al tutor, volver a hacer otra tesis.

"Habían también muchos mitos, misterios, miedos en torno a la tesis. Entre pasillos y en las clases sonaba a algo muy intelectual y complicado. Un profesor desmentía a otro, un tutor te hacía sentir bien ignorante y sobre todo inseguro”.

Luego de egresar y titularse Johnniel probó suerte al emprender con una franquicia de accesorios celulares y tecnología en un prestigioso centro comercial, un restaurante de comida venezolana y hasta un carro en Uber, de los cuales todos fracasaron.

Desanimado, más no derrotado, decidió volver a intentarlo pero en algo más cercano a su experiencia luego de ver un documental sobre emprendimiento. Fue cuando recordó su experiencia universitaria.

“Quedé en cero dólares. Cuando pensé que desistiría de emprender, vi un episodio de la serie de Netflix, En pocas palabras, Billonarios. Me volvió el alma al cuerpo, empecé a pensar qué se podía hacer, qué no existía, qué se podía resolver y sobre todo que me gustara y algo en lo que yo fuera un poco bueno”.

Según explica, la idea de TesisTime nació durante los primeros meses de pandemia ante los problemas para armar proyectos de tesis dentro de universidades públicas y privadas, la desinformación, así como los costos elevados en algunos casos.

Desde entonces Johnniel ingresó al programa de pre incubación de startups Emprelatam en Argentina y luego Rocket-U en México, donde fue dándole forma al producto y a validar la idea.

Como parte de ello realizó pruebas piloto entre 600 estudiantes de toda Latam mediante grupos en redes sociales con los que fue pintando un panorama general del problema: Estudiantes que tenían más de dos años haciendo la tesis, que habían desistido confundidos, incluso acomplejados por no saber de metodología, e ideas valiosas para la sociedad sin ver la luz del sol.

La plataforma inició en forma apenas en marzo de este año y en ese corto periodo ya ha alcanzado 10 mil descargas, de las cuales 6 mil son usuarios activos y pagando provenientes de todas las latitudes, desde Canadá, Colombia, Ecuador, Perú Argentina y hasta Angola. México es el primer lugar.

Al momento la plataforma se encuentra recabando capitales entre ángeles para más adelante lanzar una Serie A; dinero que será utilizado para mejorar la tecnología y robustecer los equipos de trabajo.

El plan de expansión –adelanta– pasa por la alianza con Universidades, las cuales se busca acerquen la herramienta a sus egresados. Asimismo se postularán para la aceleradora internacional YCombinator.

"Queremos volvernos proveedores de universidades y prestar el servicio a nombre de ellas. El mercado es uno de 20 millones de estudiantes en América Latina, podemos captar al uno por ciento en nuestro primer año, que serían aproximadamente 210 mil descargas"

Aunque pueden ser vistas como un mero trámite, para Johnniel las tesis aún son valiosas en un mundo en el que pareciera que lo importante es la experiencia, no tanto el título.

"En la universidad se desarrollan las ideas y el pensamiento crítico en los futuros profesionales, sin embargo la titulación termina siendo un tema más burocrático”.

Johnniel explica que una parte importante del empleo internacional aún es generado en empresas y corporativos, donde el título quizá no sea necesario para entrar en ellas, pero sí es esencial para el ascenso, la adopción de mayores responsabilidades y el desarrollo profesional.

La dificultad de los alumnos para armar proyectos de investigación bien estructurados –añade– sólo puede aumentar en el mundo post-pandemia, en el que millones de estudiantes registran huecos formativos debido al encierro.

"Creo que las tesis están siendo subestimadas, son nuestra primera carta de presentación ante el mundo profesional.

"Hay personas que necesitan ver un pizarrón, ver a alguien allí parado, estar sentado y aprender para hacer una investigación. Van a haber repercusiones (en los niveles de titulación) por todo lo que hemos vivido".

Johnniel añade que es cierta la existencia de otra parte de la economía en la que el título universitario no es obligatorio para generar valor en la sociedad, especialmente en el mundo del emprendimiento.

Casos como los de Mark Zuckerberg, Steve Jobs, Biil Gates o Travis Kalanick ilustran este punto, quienes comenzaron algunas de las empresas más poderosas del mundo sin haberse titulado.

Sin embargo –ataja Johnniel– desde una tesis pueden surgir nuevos modelos de negocio o soluciones a problemas en todas las áreas proclives a generar autoempleo.

"Una tesis puede hacer un cambio social, puede hacer una transformación. Nos estamos topando con personas maravillosas que tienen una idea de tesis que son las próximas startups del mundo y la están dejando llenándose de polvo. Creemos que hay gente talentosa que necesita los recursos adecuados para que haga algo más".



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Una tesis tiene el potencial de cambiar al mundo, asegura el emprendedor venezolano Johnniel Rojas Martínez. Son ideas que buscan solucionar un problema, crear nuevo conocimiento y expresar la creatividad de los estudiantes jóvenes.

Por eso es una gran oportunidad perdida –platica– el que existan tantos y tantos trabajos de titulación que nunca llegan a ser terminados, o siquiera comenzados.

Para no dejar en el tintero esta creatividad inacabada Johnniel fundó la startup TesisTime.

Se trata de una plataforma que permite a estudiantes en activo o profesionistas aprender a hacer tesis de manera intuitiva, formular su metodología de investigación y aterrizar el objeto de estudio.

La app facilita clases personalizadas dadas por tutores, videos y audios para libre consulta, asesorías en tiempo real, materiales de estudio, métodos prácticos y manuales para la estructuración de los trabajos de investigación, así como servicios de corrección y redacción de textos, de presentación y sustentación de tesis.

Según explica Johnniel, a lo largo y ancho de Latinoamérica existen muchas inconsistencias e irregularidades entre planes de estudio y universidades para hacer una tesis.

Dependiendo de la universidad y país, las metodologías son diferentes, así como los costos que pueden implicar titularse.

Además existe una necesidad de salir al mercado laboral por parte de los recién egresados lo antes posible para ganar experiencia, lo que deja relegado en sus prioridades a los procesos de titulación.

Cuando un egresado busca titularse tres, ocho años más adelante en el camino, formular un trabajo de investigación puede ser complicado y laborioso.

"Para los estudiantes hay un exceso de información, no debería ser difícil de aprender. Esto pasa en Bolivia, Perú y México por igual. Nos dimos cuenta de que muchas veces sí saben, pero tienen miedo, solamente hay que organizarse para finalmente terminar su tesis".

Esto ha generado un mercado negro de venta de tesis, en el cual el emprendedor ha conocido casos que externos cobran desde mil 200 a cinco mil dólares por realizar un trabajo de investigación.

"Aquí en Ecuador hay empresas formales que parecen centros de atención al cliente que se dedican a hacer tesis, pagan publicidad e incluso ofrecen entregarlas en tanto tiempo. Finalmente el estudiante no hace nada".

Según explica Johnniel, los usuarios de la plataforma van entre los 21 hasta los 55 años, muchos de ellos trabajando y con vidas profesionales y personales ocupadas, con poco tiempo para dedicarse a la investigación.

"Son personas que le tienen muchísimo miedo a la tesis con las inseguridades típicas. Eso dificulta el proceso de aprendizaje. Imagínate toparte con un tutor y esa materia que te habla en miles de términos científicos".

El nicho de mercado de TesisTime suena reducido, sin embargo es uno cuyas cifras se calculan en millones. De acuerdo a El Banco Mundial, previo a la pandemia existían alrededor de 20 millones de estudiantes en toda Latinoamérica a lo largo de 60 mil programas de estudios universitarios.

De ese universo apenas el 50 por ciento terminan sus cursos y se titulan, estimó la Institución en su estudio "Momento decisivo, La educación superior en América Latina y el Caribe".

Para México estimó el porcentaje de graduados en Ciencias en apenas 5.5 por ciento, Humanidades el 4.4 y Educación el 12.5 por ciento.

Esto tiene implicaciones importantes en el desarrollo profesional de las personas, reduciendo sus oportunidades laborales y en consecuencia su calidad de vida.

En México, añade Johnniel, cada año se gradúan apenas 4 millones de estudiantes, una cantidad pequeña si se compara con Venezuela, que gradúa una cantidad similar pero con una población mucho más pequeña.

Las razones pueden variar drásticamente, pero en general Johnniel observa que el hecho de que existan tan pocas tesis en Latinoamérica se debe a carencias formativas, especialmente de los estudiantes con menos recursos económicos.

Johnniel Enrique Rojas Martínez es un venezolano de 31 años para quien el proceso de titulación le generaba insatisfacción y confusión desde sus años universitarios.

"Había muchísimas irregularidades en la universidad. El estudiante llegaba al décimo semestre, estaba en la defensa y la sustentación y lo reprobaban con sus familiares atrás frente al jurado. Tenía que volver a hacer otro semestre, pagarlo, pagar al tutor, volver a hacer otra tesis.

"Habían también muchos mitos, misterios, miedos en torno a la tesis. Entre pasillos y en las clases sonaba a algo muy intelectual y complicado. Un profesor desmentía a otro, un tutor te hacía sentir bien ignorante y sobre todo inseguro”.

Luego de egresar y titularse Johnniel probó suerte al emprender con una franquicia de accesorios celulares y tecnología en un prestigioso centro comercial, un restaurante de comida venezolana y hasta un carro en Uber, de los cuales todos fracasaron.

Desanimado, más no derrotado, decidió volver a intentarlo pero en algo más cercano a su experiencia luego de ver un documental sobre emprendimiento. Fue cuando recordó su experiencia universitaria.

“Quedé en cero dólares. Cuando pensé que desistiría de emprender, vi un episodio de la serie de Netflix, En pocas palabras, Billonarios. Me volvió el alma al cuerpo, empecé a pensar qué se podía hacer, qué no existía, qué se podía resolver y sobre todo que me gustara y algo en lo que yo fuera un poco bueno”.

Según explica, la idea de TesisTime nació durante los primeros meses de pandemia ante los problemas para armar proyectos de tesis dentro de universidades públicas y privadas, la desinformación, así como los costos elevados en algunos casos.

Desde entonces Johnniel ingresó al programa de pre incubación de startups Emprelatam en Argentina y luego Rocket-U en México, donde fue dándole forma al producto y a validar la idea.

Como parte de ello realizó pruebas piloto entre 600 estudiantes de toda Latam mediante grupos en redes sociales con los que fue pintando un panorama general del problema: Estudiantes que tenían más de dos años haciendo la tesis, que habían desistido confundidos, incluso acomplejados por no saber de metodología, e ideas valiosas para la sociedad sin ver la luz del sol.

La plataforma inició en forma apenas en marzo de este año y en ese corto periodo ya ha alcanzado 10 mil descargas, de las cuales 6 mil son usuarios activos y pagando provenientes de todas las latitudes, desde Canadá, Colombia, Ecuador, Perú Argentina y hasta Angola. México es el primer lugar.

Al momento la plataforma se encuentra recabando capitales entre ángeles para más adelante lanzar una Serie A; dinero que será utilizado para mejorar la tecnología y robustecer los equipos de trabajo.

El plan de expansión –adelanta– pasa por la alianza con Universidades, las cuales se busca acerquen la herramienta a sus egresados. Asimismo se postularán para la aceleradora internacional YCombinator.

"Queremos volvernos proveedores de universidades y prestar el servicio a nombre de ellas. El mercado es uno de 20 millones de estudiantes en América Latina, podemos captar al uno por ciento en nuestro primer año, que serían aproximadamente 210 mil descargas"

Aunque pueden ser vistas como un mero trámite, para Johnniel las tesis aún son valiosas en un mundo en el que pareciera que lo importante es la experiencia, no tanto el título.

"En la universidad se desarrollan las ideas y el pensamiento crítico en los futuros profesionales, sin embargo la titulación termina siendo un tema más burocrático”.

Johnniel explica que una parte importante del empleo internacional aún es generado en empresas y corporativos, donde el título quizá no sea necesario para entrar en ellas, pero sí es esencial para el ascenso, la adopción de mayores responsabilidades y el desarrollo profesional.

La dificultad de los alumnos para armar proyectos de investigación bien estructurados –añade– sólo puede aumentar en el mundo post-pandemia, en el que millones de estudiantes registran huecos formativos debido al encierro.

"Creo que las tesis están siendo subestimadas, son nuestra primera carta de presentación ante el mundo profesional.

"Hay personas que necesitan ver un pizarrón, ver a alguien allí parado, estar sentado y aprender para hacer una investigación. Van a haber repercusiones (en los niveles de titulación) por todo lo que hemos vivido".

Johnniel añade que es cierta la existencia de otra parte de la economía en la que el título universitario no es obligatorio para generar valor en la sociedad, especialmente en el mundo del emprendimiento.

Casos como los de Mark Zuckerberg, Steve Jobs, Biil Gates o Travis Kalanick ilustran este punto, quienes comenzaron algunas de las empresas más poderosas del mundo sin haberse titulado.

Sin embargo –ataja Johnniel– desde una tesis pueden surgir nuevos modelos de negocio o soluciones a problemas en todas las áreas proclives a generar autoempleo.

"Una tesis puede hacer un cambio social, puede hacer una transformación. Nos estamos topando con personas maravillosas que tienen una idea de tesis que son las próximas startups del mundo y la están dejando llenándose de polvo. Creemos que hay gente talentosa que necesita los recursos adecuados para que haga algo más".



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