Muchos de los trabajos que vemos tanto en el teatro, como en el cine y la televisión son historias que sucedieron quizás en alguna ocasión de la vida de sus autores, pero lo complicado resulta cuando las historias de ficción que nacen de la mente de sus creadores se vuelven realidad.
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Tal es el caso de la actriz y escritora sonorense Amaya Blas, quien en un momento de dolor abordó un aspecto de su vida muy importante en una de sus obras con un tinte dramático añadido y posteriormente cobró vida.
SU TRAYECTORIA
Comenzó su carrera desde los nueve años participando en teatro infantil en su natal ciudad de San Luis Río Colorado y la vida la llevó a vivir un año en el estado de Montana, Estados Unidos, en donde concursó a nivel estatal con el monólogo ‘HOI’ resultando ganadora en diversas ocasiones.
Posteriormente se mudó a la ciudad de Tijuana para estudiar la carrera de Ciencias de la Comunicación y logró desenvolverse por un corto tiempo frente a las cámaras de un programa de televisión local.
Tiempo después, por decisión propia decidió emigrar a España para integrarse a la carrera de Arte Dramático en Madrid y de forma paralela logró formar parte de la compañía ‘Teatro 13’ de Canarias.
Además, su profesionalismo la llevó a ser coordinadora artística de uno de los proyectos teatrales más importantes de su casa de estudios, siendo esta una oportunidad para dar a conocer su nombre de gran forma, pues el público asistente a dichas presentaciones eran fieles seguidores del espectáculo del teatro.
Su talento la llevó a participar en producciones cinematográficas, en donde su primer papel protagónico lo obtuvo para un proyecto de Amazon Prime titulado “Si tan solo pudiéramos dormir esta noche” y participó en la película de Netflix “La venganza de las Juanas”, así como en la serie “Desaparecida”, también de Amazon Prime.
LA ENFERMEDAD
Su gusto por escribir lo adoptó gracias a su estancia en España, pues se tiene una cultura muy marcada por la lectura, la cual adoptó Amaya y gracias a esto decidió incursionar en ese tema.
“Estar en España y ver como todos tenían ese hábito de la lectura era un poco vergonzoso para mí porque yo no tenía esa cultura y me sentía inculta, por lo que adopté esta práctica y resultó muy gratificante porque despertó el interés que estaba dentro de mí en escribir mis propias historias”, señaló.
Comenzó escribiendo pequeños textos que publicó en sus redes sociales y esto resultó en un intercambio de poemas, textos, entre otros con sus mismos seguidores.
Un momento muy complicado fue cuando Amaya perdió a su padre a causa del cáncer, el cual tomó como fragmento para escribir una historia de una mujer que perdía a su padre frente a ella a causa de esta enfermar y posteriormente ella también era diagnosticada.
La ficción se volvió realidad y la actriz sonorense fue notificada que padecía cáncer, lo que la llevó a escribir cómo eran sus días con esta enfermedad mientras trabajaba en otros proyectos y fue así como nació su libro “La victoria del esmalte de uñas rojo”.
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“Este libro es una especie de reality book, porque escribía en todos lados y de una forma más libre. Redacté cuando me daban la quimioterapia, cuando me trasladaba de un lugar a otro, en plenos trabajos de producciones y describo encuentro eróticos, que es algo que no se habla cuando se tiene cáncer e incluye un poco de humor negro al estilo sonorense”, comentó.
Amaya Blas logró vencer el cáncer y esta experiencia le abrió los ojos para darse cuenta que la vida es solo una única oportunidad para cumplir tus sueños, por lo que busca despegar todos su proyectos en puerta y seguir destacando.
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