Diversas épocas han marcado el rumbo de la humanidad. Desde los años más antiguos con los romanos y el inicio de un orden social que con el tiempo se perfeccionó y se adaptó en el mundo, hasta la actualidad y la lección que todos estos acontecimientos a lo largo de la historia nos han dejado y nos permiten ser cada vez más libres.
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Esto es lo que Tito Alvarado y Raquel Catalan vieron en una época de incertidumbre en su país natal de Chile, cuando el gobierno del ex presidente y dictador Augusto Pinochet y su ejército controlaban absolutamente todo el país.
Ellos desearon esa libertad que el tiempo poco a poco otorgaba al mundo, pero estos tropiezos en la historia como la llegada de Pinochet al gobierno chileno se negaban al avance de la humanidad.
Es por esto que al considerarse enemigos de la nación por sus ideas de liberación eran objetivos principales del ejército que exterminaba a cada persona que no compartía la ideología del dictador.
Su decisión de abandonar el país no se lo pensaron dos veces, por lo que gracias a amistades que trabajaban en los departamentos migratorios de Chile lograron partir a Canadá como refugiados políticos, en donde son residentes desde hace más de 30 años.
EL PROYECTO
Su llegada a un país distinto con mayores libertades y oportunidades, les abrió la posibilidad de desarrollar una idea para lograr un cambio en el mundo, siendo este el inicio del “Proyecto Cultural Sur”.
El nombre se da, según explicó Tito, por las decisiones que se toman en relación a la paz y el medio ambiente los países del norte de latinoamérica, dejando fuera la opinión de los países sudamericanos.
“Elegimos este nombre porque cuando se debe tomar una decisión crítica, ya sea del medio ambiente o algo relacionado a una guerra no toman en cuenta el impacto en los países del sur y los daños que esto puede ocasionar, por lo que este proyecto nace del sur del continente y su importancia”, dijo Tito Alvarado.
Este movimiento busca dar un mensaje al mundo sobre el cuidado del medio ambiente por medio de escritores, poetas, ambientalistas, periodistas, entre otros y ya suman un total de 150 personas que participan de más de 21 países.
Tito y Raquel han visitado más de 31 países exponiendo las necesidades que existen en el planeta y el cuidado que este necesita en foros culturales, instituciones educativas y han trabajado con gobiernos para implementar planes ecológicos en las ciudades.
Por cada sitio que visitan, por lo menos plantan de uno a cinco árboles, ya sea en escuelas o en sitios públicos y con 31 años de trayectoria con el “Proyecto Cultural Sur”, es casi imposible sacar el número de plantas que han aportado.
Su última visita fue en Hermosillo, Sonora, en donde realizaron conversatorios con jóvenes de la Universidad Estatal de Sonora y visitaron escuelas primarias para promover la cultura del medio ambiente y la reforestación.
Además, la capital sonorense no es el único lugar en el que Tito y Raquel han dejado su huella, pues sitios como Nogales, Cajeme y municipios de la Sierra Alta también se han visto beneficiados por este movimiento con la plantación de árboles y otros tipos de plantas.
El mensaje que la pareja chilena deja en los sonorenses es que se debe crear conciencia en la creación de espacios verdes, pues la misma zona desértica pudiera poner en peligro no solo los alrededores de las ciudades, sino a la misma población.
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“Recordemos que si no hay suficiente vegetación las posibilidades de lluvias son mínimas y sin lluvia no hay agua en los ríos ni en las presas. Es momento de que los sonorenses hagan algo, después será algo irreversible”, expresó Raquel Catalán.
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