A partir de una experiencia personal, Luis Arrieta se ha proyectado como protagonista, guionista y productor de la cinta “El día que todo cambió”, thriller con una trama de venganza y dolor.
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“Viene de algo que me pasó a mí, un día fui a cenar con mi exmujer, salimos, a una media cuadra de mi casa nos saltaron. A mí me dieron un cachazo, a ella la manosearon, le pusieron una pistola en la cabeza… eso te genera una sensación de impotencia, culpa, ira, tristeza”, comentó el actor en entrevista con El Sol de México.
La trama parte del desafortunado suceso que Arrieta narra. “Mario” es asaltado junto con su esposa “Ana” (Gerladine Galván), y ella muere; evento ocasionado por dos delincuentes, “Rayo” (Diego Martínez) y “Pedro” (Luis Alberti).
Años más tarde, “Mario” ha transformado su vida, viviendo con el firme deseo de cobrar venganza, aunque ese objetivo lo lleve a hurgar en lo más inmoral de sí mismo, difuminando las barreras entre el bien y el mal, un amplio espectro donde transita la empatía de “Tania”, personaje de Gabriela Cartol. “Debía tener un toque de humanidad, de ligereza también, la vida tiene contrastes, cabe ahí esta persona, que su reacción inmediata es ayudar sin pensarlo mucho”, explica la actriz.
“Somos víctimas de nuestras circunstancias, este personaje que en un principio detesta lo que son los otros, se va convirtiendo en eso mismo sin darse cuenta. Van invirtiéndose las energías”, dijo Luis Arrieta sobre “Mario”.
Emoción continúa
El ritmo que “El día que todo cambió” ofrece al público está caracterizado por el suspenso que se mantiene desde la primera escena hasta el final, mientras todo gira alrededor de la pregunta que se hizo el protagonista: ¿hasta dónde llega el sentimiento de venganza?
“Es un thriller donde los espectadores vamos teniendo la misma información que va teniendo ‘Mario’, eso funciona muy bien para generar tensión y ganas de seguir avanzando en esta investigación que está haciendo el personaje”, explicó el director de la película, Javier Colinas.
A pesar de abordar temas como la impunidad, la delincuencia, el narcomenudeo y la violencia desde diferentes ángulos, para el realizador, “El día que todo cambió” no es una historia que busque a través de ello la denuncia.
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“Habla de la violencia pero desde un lugar introspectivo, no es ‘el gobierno no está haciendo su trabajo, la policía es corrupta’, no va por ahí. Estamos hablando de una metrópoli, no es la Ciudad de México, donde es tan fácil ser anónimo que hemos normalizado la violencia y transitar entre personas sin voltear a verlas, sin saber cuál es su historia”, agregó.
“Para mí es un abordaje al círculo de violencia desde distintos puntos de vista, sin emitir juicios y más bien poniendo opciones, decisiones que puedes o no tomar en un momento dado”, añadió el director.