Con un espíritu alegre Mirna Beltrán va por la vida, junto a su guitarra compone temas románticos, des desamor o para bailar dependiendo del momento en el que se encuentre o la anécdota que le cuenten.
El don de Mirna se hizo presente a los 14 años de edad, en esa época logró escribir muchas canciones, mismas que desaparecieron cuando su padre enojado por la rebeldía de la joven las quemó.
Tras el triste suceso el lápiz de Mirna emprendió su función nuevamente y empezó a componer de nuevo. “Me fui de la casa y un día regresé y cuando le dije a mi papá que iba por mis cosas, mis cuadernos de dijo que las había quemado, eran como 400 canciones, junto con ropa, fotos”, recordó en entrevista con El Sol de Hermosillo.
La compositora también es maestra de guitarra y canto, uno de sus alumnos que iniciaba su carrera en Estados Unidos le pidió un tema y ella encantada aceptó la oferta.
“Escribo para mí, para un niña que se va lanzar próximamente, para Azul Zafiro un grupo norteño, para Carlos Gabriel un cantante de Estados Unidos”, dijo.
El compartir sus composiciones para Mirna Beltrán no es nada difícil pues aunque los ve como a sus hijos, ella considera que no hay mejor vida para sus letras que el que salgan de la libreta para que alguien las grabe.
“Es bonito dejar ir a los hijos y que crezcan por sí solos, yo pienso que como son parte mía quiero verlas volar”, confesó.
No hay un tema específico para escribir menciona Mirna, depende de sus sentimientos “A veces me siento divertida y escribo una cumbia, cuando me siento nostálgica escribo y lo dejo salir todo, pienso que es sanador”, expresó.
Con un espíritu alegre Mirna Beltrán va por la vida, junto a su guitarra compone temas románticos, des desamor o para bailar dependiendo del momento en el que se encuentre o la anécdota que le cuenten.
El don de Mirna se hizo presente a los 14 años de edad, en esa época logró escribir muchas canciones, mismas que desaparecieron cuando su padre enojado por la rebeldía de la joven las quemó.
Tras el triste suceso el lápiz de Mirna emprendió su función nuevamente y empezó a componer de nuevo. “Me fui de la casa y un día regresé y cuando le dije a mi papá que iba por mis cosas, mis cuadernos de dijo que las había quemado, eran como 400 canciones, junto con ropa, fotos”, recordó en entrevista con El Sol de Hermosillo.
La compositora también es maestra de guitarra y canto, uno de sus alumnos que iniciaba su carrera en Estados Unidos le pidió un tema y ella encantada aceptó la oferta.
“Escribo para mí, para un niña que se va lanzar próximamente, para Azul Zafiro un grupo norteño, para Carlos Gabriel un cantante de Estados Unidos”, dijo.
El compartir sus composiciones para Mirna Beltrán no es nada difícil pues aunque los ve como a sus hijos, ella considera que no hay mejor vida para sus letras que el que salgan de la libreta para que alguien las grabe.
“Es bonito dejar ir a los hijos y que crezcan por sí solos, yo pienso que como son parte mía quiero verlas volar”, confesó.
No hay un tema específico para escribir menciona Mirna, depende de sus sentimientos “A veces me siento divertida y escribo una cumbia, cuando me siento nostálgica escribo y lo dejo salir todo, pienso que es sanador”, expresó.