Con un concierto de tres horas de duración, Natalia Lafourcade presentó el primero de siete conciertos agotados en el Teatro Metropólitan, en lo que es el cierre de una ira mundial que pisó Estados Unidos, Latinoamérica y Europa para presentar sus proyectos musicales Hasta la raíz y Musas I y II.
Con una lista de canciones que se dividió por bloques que fueron de la bohemia, lo tropical, la fiesta, el acústico y lo más destacado de la música mexicana, Natalia Lafourcade comenzó su show minutos después de las 20:30 joras con Alma mía.
“Buenas noches. Es un placer tenerlos a ustedes en el comedor de nuestra casa. Este es el comedor por el cual ha pasado celebridades históricas”, anunció la cantante quien recordó a figuras como Chavela Vargas, Agustín Lara, Frida Kahlo, Diego Rivera y otros personajes de la cultura popular mexicana.
Con un vestido rojo y una corona de flores del mismo color, Natalia se cobijó únicamente de dos guitarristas que la acompañaron con Mexicana hermosa, Tú me acostumbraste y Luz de Luna, en las que bailó, interpretó y poco a poco fue dando la bienvenida a su banda de ocho músicos.
Tras un cambio de vestuario compuesto por un pantalón negro y una blusa blanca, la cantautora de 34 años cambió el tono a un ritmo más tropical al interpretar temas como Hasta la raíz, Lo que construimos y Nunca es suficiente.
Natalia no dudó en hacer un recorrido por su carrera, el cual se compuso por un largo popurrí que incluyó canciones como Amor de mis amores, Amar te duele, Casa, En el 2000 y Ella es bonita, que poco a poco pusieron al público de pie y que contrastó con Recuérdame, en una versión acústica en la que se acompañó de El David Aguilar.
Tras un bloque que dedicó a temas mexicanos como Soy lo prohibido y Mi tierra veracruzana, Natalia Lafourcade dedicó el último segmento para Agustín Lara al cantar Maria bonita.
Con Partir de mi, la cantante se despidió y recordó que estos son los últimos conciertos que ofrece tras una pausa que hará en su carrera tras más de 15 años trabajando continuamente.