Los corridos mexicanos y la música regional están teniendo un auge internacional como nunca antes se había visto. Con la nueva camada de artistas como Peso Pluma y Natanel Cano, son cada vez más los escuchas extranjeros que se declaran fans de esta tradición musical del país.
Fusionando elementos del trap, hip hop, rap y del reguetón con la tradición de los narcocorridos y la música regional, los intérpretes de corridos tumbados innovaron un estilo que llevaba años estancado, conectando esta revolución musical con una generación jóven que ya no se identificaba con las canciones del Chalino Sánchez o de Los Tigres del Norte.
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Con producciones más depuradas, los nuevos corridos les hablan directamente a una nueva generación que ha crecido con la "cultura de la violencia" que a diario se vive en México, sin dejar de beber de la tradición de los grandes intérpretes del corrido mexicano de décadas atrás.
Al hablar de esta tradición, y especialmente de los narcocorridos, podríamos pensar que se trata de un género musical que comenzó a forjar su camino a partir de la década de los ochenta y durante los noventa cuando la ola de violencia relacionada al narcotráfico se recrudeció en México y el resto de Latinoamérica.
Pero lo cierto es que el primer narcocorrido del que se tiene registro tiene casi cien años de haber sido grabado y proviene de la frontera norte con Estados Unidos, país en el que se grabó la primera canción de este género tan polémico.
"El Pablote"
El académico Juan Ramírez Pimienta, de la Universidad Estatal de San Diego, pasó dos décadas documentándose sobre el tema, buscando en archivos, reportes periodísticos y bibliotecas hasta dar con lo que se considera el primer narcocorrido grabado en la historia de la música regional.
Su investigación dio como resultado que el primer corrido dedicado a un narcotraficante es "El Pablote", el cual hace un recuento de la vida y muerte de Pablo González, un criminal muy conocido en Ciudad Juárez durante las primeras décadas del siglo pasado al que la prensa llamaba "el rey de la morfina".
El tema fue compuesto por José Rosales y grabado en septiembre de 1931 en El Paso, Texas, apenas un par de semanas después de la muerte del que fuera un narcotraficante de alto nivel y que formaba parte de la organización de Enrique Fernández, a quien la prensa mexicana consideraba en aquel entonces el "Al Capone de Ciudad Juárez".
"Los negocios ilegales de Enrique Fernández incluían, además del tráfico de licor y drogas, la falsificación de dólares y de metales preciosos y el robo de autos en gran escala (a través de Policarpio Rodríguez a quien se le menciona en el corrido 'El Pablote')", señala Ramírez Pimienta en su estudio.
"A diferencia de Fernández, a cuyo funeral acudieron miles de personas y quien en vida también se dio a conocer como un verdadero filántropo, el recuerdo que pervive de 'El Pablote' González no es nada positivo. Su fama es la de un personaje abusivo, parrandero y violento".
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Por ello, cuenta el académico, a diferencia de muchos corridos de los últimos años, "El Pablote" no es una apología al protagonista, sino que lo retrata como el personaje prepotente y despiadado que era.
El corrido fue grabado en un dueto de guitarra por José Rosales acompañado de Norverto González, y su análisis completo por parte de Juan Ramírez Pimienta puede consultarse en línea.
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