De niña, frente al televisor, Sarahí Pacheco miraba a una mujer sentada junto a un imponente gorila, en la imagen, ella lo estudia, es Dian Fossey, personaje de la vida real interpretado por Sigourney Weaver en la película Gorilas en la niebla, años más tarde esa pequeña niña frente a la tele no estaría muy alejada de esa escena.
Rodeada de serpientes de todo tipo, algunas mortales, dice encontrarse en una posición privilegiada, pues ha enfrentado retos en su vida, sin embargo, estos no han sido por su condición de mujer, al menos no del todo, ya que ha logrado tanto en el ámbito personal como en el profesional demostrar el valor de su trabajo con acciones.
Alma Sarahí Pacheco Palomares, licenciada en Ecología es encargada del área de ecosistemas, (exhibiciones a cubierto) del Centro Ecológico de Sonora, donde las actividades que realiza son diversas y junto con su compañera Adriana se encarga de la limpieza, alimentación, cuidados y manejo de 160 ejemplares, algunos de estos venenosos.
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Además, forma parte del Comité de Integridad, por parte de la Comisión de Ecología, representando junto a Norberto Ortega Torres al área del Centro Ecológico, ahí mismo imparte pláticas de educación ambiental y talleres de manejo de reptiles.
Desde niña sintió un interés por los animales, su padre, comandante de la Policía Judicial, le inculcó el no dañarlos y respetarlos, lección que viene desde su abuelo quien tenía un dicho, “No se va a matar un animal si no es para sobrevivir o para comer”.
De igual forma, relató que en su infancia era extraño para su madre que ella no pedía muñecas para jugar, por el contrario, siempre estaba pendiente de que le compraran algún video con documentales o programas de la vida silvestre.
De su padre recibió un gran consejo: “Hija, encuentra qué es lo que más te gusta y encuentra a alguien que te pague por hacerlo”, por lo que al estar estudiando la preparatoria y vivir en la colonia Nuevo Hermosillo, buscó realizar su servicio social en el Centro Ecológico.
A su llegada recordó haber sido capacitada por César, un estudiante de la Licenciatura que ella ejerce el día de hoy, por lo que, en el año de 2003, decidió que esa sería su vocación.
La temporada más fuerte del Centro Ecológico es en Semana Santa, por lo que es común que siempre requieran de más personal en esas fechas, casi siempre estudiantes de Ecología o personas que ya hubieran trabajado o realizado alguna actividad con anterioridad en el centro, por lo que aun estando en preparatoria y después de haber hecho su servicio social, una vez más regresó a colaborar.
“Después de eso comencé a estudiar la carrera, Ecología fue mi única opción, sólo hice examen para esa opción y si quedaba o no pues ya era de Dios, yo ya iba por eso”, compartió.
También dijo que “en algún momento quise seguir los pasos de mi papá y estudiar criminología, pero mi mamá no me dejó, de alguna manera se lo agradezco, ya que esta es mi verdadera pasión”.
Ecosasafari, un desafío
Posteriormente, se unió a la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (Cedes), en un proyecto denominado “Guardianes Verdes”, el cual uniría sus dos pasiones, ya que lo que se intentaba crear era una patrulla verde, a final de cuentas, ese proyecto no se concretó, pero al verle aptitudes y recordar que ya había colaborado en el centro, le pidieron unirse para inaugurar el área de Ecosafari.
Después de haber colaborado esporádicamente en varias ocasiones, hace 12 años se presentó por primera vez para trabajar formalmente, fue en el Ecosafari, donde la labor fue ardua debido a que se tuvo que hacer investigación sobre las especies, elaborar fichas informativas de cada una, memorizar esa información para finalmente el 16 de abril de 2011 inicar con las actividades de esta sección.
Para agosto de ese mismo año y después de estar a cargo momentáneamente por cuestiones administrativas, pasa a estar al frente de Ecosafari, lo que recuerda representó un reto muy grande en su vida profesional.
“Esto era como tener un ‘minizoológico’, muchos animales, muchas especies que normalmente no se encontrarían entre sí en vida silvestre, lo que causaba riñas entre los grupos de animales, esto derivó en una vigilancia constante”.
Expresó que esa experiencia fue algo bueno, ya que con sus compañeros se formó una hermandad, donde juntos aprendieron a observar y analizar el comportamiento de los animales, cosa que hacían sin tener la conciencia plena de la etología de las especies.
Al tiempo pasó a formar parte del área de dirección del centro, brindando apoyo en atención a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y a la Dirección de Conservación, en esta, impartiendo charlas informativas a los integrantes de la etnia Seri sobre protección a las especies.
La ecóloga recordó que tras la pandemia, al regreso de actividades presenciales, solicitó volver a trabajar con animales, por lo que al liberarse el área de reptiles pidió estar a su cargo.
Pacheco Palomares admitió que el trabajo le ha dado la fortuna de conocer a personas de otros zoológicos, hacerse de amigos veterinarios y biólogos de otros lugares, a los que con toda confianza entre ambas partes pueden consultarse temas de trabajo y compartir material.
Entre ella y su compañera Adriana realizan diversas actividades y pueden compaginarse, así como ayudarse a hacer más cosas por los animales, ambas se han capacitado más para su labor y para este año contemplan seguir haciéndolo.
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“Tanto mujeres como hombres son importantes en la sociedad, en conjunto se puede cumplir, llevar un equilibrio y hacer mucho, en mi rubro por la educación ambiental y a su vez por la conservación de las especies”, destacó.
Para finalizar, sobre el 8 de marzo, mencionó que es importante resaltar a todas las mujeres que dieron hasta su vida para ganar la igualdad y las libertades que hoy se tienen y, volviendo a Dian Fossey, claro ejemplo de esto expuso que a ella en una ocasión un jefe de una tribu le comentó, “nosotros pensamos que la tribu es como un águila, las mujeres son un ala y la otra son los hombres, si las alas no se mueven a la par con la igualdad, el águila no es capaz de volar”.
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