En cada colonia es frecuente encontrar una tienda de abarrotes, ya sea en una esquina o varios en la misma cuadra, esto debido a la gran demanda de la población por adquirir artículos de primera necesidad cerca de sus viviendas.
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En la colonia Hacienda de la Flor II, el establecimiento “Claudia”, ubicado sobre la calle Hermenegildo Peña, ha sido por años un proyecto familiar de los Ríos Quintero y se ha destacado por su atención al cliente, principalmente hacia los vecinos del sector.
Actualmente es administrada por los hermanos Hipólito, Francisco, Claudia y María Eugenia, quienes se reparten las obligaciones y las cuentas del negocio, el cual no han dejado caer durante la actual contingencia por Covid-19.
Al ser uno de los pocos abarrotes en la zona, el minisúper no ha registrado una disminución en los clientes, esto ha motivado a sus propietarios a seguir con su labor y adaptar la tienda a la nueva normalidad para generar mayor seguridad entre sus clientes y los trabajadores.
“No, lo bueno que las ventas no han bajado, la gente de la colonia sigue viniendo a comprarnos”, menciona Hipólito, uno de los administradores, el horario tampoco cambia, siguen estando abiertos hasta las 21:00 ó 22:00 horas.
Algunas de las acciones que han establecido, incluyendo las recomendaciones de la Secretaría de Salud, es la instalación de un panel que divide al cliente con el empleado en la caja, hacer obligatorio el uso de cubrebocas para todos los que se encuentren en el inmueble, compartir gel antibacterial entre los asistentes y exponer al público los horarios nuevos para la venta de alcohol.
Nuevos productos
Por su parte, Reina Margarita Rivera Moreno, quien desde hace más de 20 años se dedica 100% a su abarrotes en la colonia Villa Sonora, ha optado por producir algunos productos diferentes y de temporada, como los hielitos.
Compartió que en su negocio se vende principalmente refrescos, papitas, dulces y diversos artículos de papelería, pero a causa de la contingencia y el confinamiento se han reducido los clientes de estos últimos objetos.
Su decisión para seguir generando el sustento económico fue añadir los hielitos a la lista de mercancía que vende, los cuales ofrece de diversos sabores y que han tenido una aceptación favorable.
Su changarro “Cachetitos” está localizado frente a una primaria y secundaria, escuelas que fueron cerradas, ya que las clases presenciales se cancelaron a consecuencia de la pandemia por Covid-19, por lo que ante dicha situación, ya no tuvo ventas y decidió cerrar temporalmente, pero que aún sigue con la venta de los hielitos.
“Antes hacía más de 700 hielitos diarios, me desvelaba hasta las cuatro de la mañana haciéndolos y los vendía en mi changarrito. A la gente les gusta mucho; toda la vida me he dedicado a hacer hielitos”, agregó.
Calidad vence a crisis económica
El emprender un negocio es una ilusión que conlleva esfuerzo, largas horas de trabajo, pero sobre todo consistencia y perseverancia, para hacerse de un nombre, además de clientela.
Una década se dice fácil, pero es lo que las propietarias de la tortillería y productos sonorenses “El Jacalito” han luchado por que su establecimiento sea una fuente de ingreso para sus familias y las de sus empleadas.
Ignacia Bracamontes, junto a su hija, maneja una de las tortillerías de harina que regularmente cuenta con más clientes en el fraccionamiento Altares, ubicado al Sur de Hermosillo, en la esquina del bulevar Alfonso López Riesgo y José María Ruiz Vázquez.
Sin embargo, desde el inicio de la contingencia por Covid-19, hace ya casi cuatro meses, han visto reducidas sus ventas de tortillas de harina y productos sonorenses, por lo que empezaron a producir en menores cantidades.
“Si han bajado las ventas más del 50%, estamos trabajando menos de la mitad que antes, de lo que trabajábamos, antes hacíamos seis sacos de 44 kilos cada uno, ahora hacemos solamente la mitad, de eso cuando mucho”, explicó.
A pesar de esta situación, la calidad de sus productos se han posicionado en el gusto de la población del sector y debido a esto aún se mantienen en operaciones.
Incluso ante la demanda actual han tenido que buscar a una nueva colaboradora para la producción de las tortillas, así como iniciar con la adaptación del establecimiento adecuándolo para la nueva normalidad.
Entre las técnicas que aplicarán se destaca la prohibición de menores de 12 años en el local, uso obligatorio de cubrebocas y de gel antibacterial, todo para reducir la posibilidad de contagio.
“Los clientes nos dicen que está muy dura la crisis, si antes nos podían comprar dos paquetes ahora nos compran uno. Pero nos la hemos ingeniado para continuar y conservar a nuestros fieles clientes”, detalló.
A pesar de los problemas económicos que enfrentan actualmente prácticamente todos los negocios, especialmente las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), en “El Jacalito” no sólo se han mantenido con sus cuatro empleadas, sino que están en la búsqueda de una quinta, pues necesitan mayor ayuda.