Adolescentes de entre 12 y 17 años que se encuentran internados en centros de rehabilitación tienen una tendencia hacia el consumo de cristal, por lo que el programa D.A.R.E. les da seguimiento con el fin de evitar una recaída en el consumo de narcóticos, indicó Cristina García García.
La encargada del programa D.A.R.E. de la Policía Preventiva indicó que en visitas al albergue Transformando Vidas se atiende a menores de edad en acompañamiento a sus padres.
“Es un trabajo en conjunto, es importante que los padres sepan las consecuencias de dichos temas, que sepan las problemáticas, y muchas veces se identifican con algunas situaciones”, afirmó.
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La oficial resaltó la importancia del acompañamiento familiar en la rehabilitación de jóvenes con adicción, pues muchas veces su problema puede ser derivado de una carencia social y afectiva que viven en el núcleo familiar, principalmente, por lo cual es necesario que los padres y familiares estén atentos a cualquier cambio de actitud por parte de los menores.
“Si nuestro hijo está viendo que hay riñas constantes entre padre o consumo de sustancias, va a replicar esos comportamientos, viendo eso lo puede replicar en la escuela o en el largo plazo pensará que es una vida normal”, agregó.
De acuerdo con las estadísticas, en los jóvenes de 12 a 17 años en rehabilitación, el consumo de metanfetamina, droga sintética conocida como “cristal”, ha sido el motivo principal para su internamiento, lo cual, en una gran mayoría de casos es resultado de una vida familiar disfuncional y amistades que inducen al consumo de drogas.
“Yo les digo a los padres, ustedes saben lo que tienen de hijos dentro de estas cuatro paredes, pero saliendo de esa puerta, por más bueno que sea el hijo, se consigue otro amiguito, y no sabemos, por eso hay que estar pendientes de sus amistades y de qué familia vienen”, aseguró la oficial.
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García García resaltó que los jóvenes que han sido atendidos en el centro desde septiembre del año pasado han mostrado un progreso considerable, por lo que es claro que gran parte del proceso de rehabilitación es el acompañamiento profesional y familiar, lo que hace posible que no sufran una recaída en el futuro.
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