“Antes todo esto era monte”, es una frase que todos hemos escuchado alguna vez, y en Hermosillo no es la excepción, pues anteriormente gran parte del territorio de la ciudad estaba cubierto por flora endémica, así como fauna de distinto tipo. Sin embargo, a pesar de la expansión de la mancha urbana, algunos ejemplares de árboles permanecen en pie, y se han mimetizado entre el pavimento y las construcciones.
Y es que, en Hermosillo son varios ejemplares de árboles, tanto endémicos como traídos de otras partes, que han perdurado en la historia, y hoy cuentan con más de 100 años e incluso algunos casi llegando a los 500 años.
¿Dónde están y cuáles son?
Los árboles más viejos de la ciudad, de los que podemos tener una noción se ubican en el Centro Ecológico, Plaza Los guayacanes, otros sobre el bulevar Morelos y el bulevar Luis Encinas, en las oficinas administrativas de la UES y uno más en la entrada de la colonia Villa Bonita.
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Algunos se encuentran en perfectas condiciones, como el Huanacaxtle, el árbol guardián de la historia de Hermosillo, como se puede leer en su base, el cual indica que cuenta con 120 años habitando a las faldas del Cerro de la Campana.
Ignacio Lagarda Lagarda, cronista de Hermosillo, dio a conocer que “de este tipo de árboles ‘ancianos’ vamos a llamarles así, hay de dos tipos, los naturales, es decir los nativos y los que fueron traídos desde otras regiones, nadie ha realizado un estudio o a determinado la antigüedad de un árbol mediante estudios, pero se les conoce como los árboles más antiguos porque los hemos visto y se narra su presencia”.
Afirmó que en cuanto a los árboles nativos de esta región se puede encontrar un Mezquite localizado en la Plaza los Guayacanes, al norte de la ciudad sobre el bulevar Morelos, pero aclaró que como este tipo de árboles nativos y longevos encontrados dentro de la mancha urbana, también se cuentan en mayor número fuera de esta.
Otro de los especímenes más antiguos es la Uvalama ubicada sobre el bulevar Luis Encinas, antes de llegar a la calle Reforma, la cual es un árbol que no pertenece a la zona, sino que es de la región subtropical del Sur del Estado, así como las ceibas y los yucatecos, este último cuyo nombre se refiere a que los trajeron desde Yucatán, ya que el real es Laurel de la India.
Estos árboles, dijo fueron traídos a la capital junto al huanacaxtle mencionado por el general Luis Emeterio Torres, mientras era gobernador del estado, el cual fue plantado en la que en ese momento fue su casa, siendo hoy las oficinas de la Universidad Estatal de Sonora (UES).
Sobre la uvalama, Ignacio Raúl de 71 años y vecino de la colonia San Benito, compartió que sin ningún motivo, desde hace alrededor de 30 años vandalizan este espécimen, principalmente por la noche, incluso lo han quemado, cortado y lo llenan de basura, siendo solamente otro vecino el que se encarga de darle agua y ciertos cuidados.
“Antes estaba aquí el hospital psiquiátrico, no estaba nada de esto, yo tenía 6 o 7 años y este árbol ya estaba aquí, no había nada y el árbol ya estaba, creció mucho, yo tengo 71 años y el árbol ya estaba, fácil tiene más de 100 años”, recordó.
Palo fierro, la casa de muchas especies
María Luisa Fernández, quien trabaja en el Área de Ordenamiento Ecológico de la Dirección General de Conservación del Centro Ecológico de Sonora, aseguró que los especímenes más antiguos que pueden encontrarse dentro de las instalaciones del Centro Ecológico es el árbol de Palo Fierro, alcanzando algunos de estos la edad aproximada de 500 años.
Comentó que “en general en el desierto se ha podido determinar que algunos especímenes cuentan con 800 años, aquí en el centro la mayoría de estos árboles ronda los 400 o 500 años. Para darnos una idea, cuando un tronco de esta especie alcanza un diámetro de 60 centímetros este puede tener entre 600 y 800 años, alcanzando su altura máxima de 15 metros”.
Explicó que el Palo Fierro es una especie nativa de México que se distribuye principalmente en el desierto sonorense, pero también abarca los estados de Sonora, Sinaloa y Baja California, y en Estados Unidos se ubica dentro de California y Arizona.
Esta es una planta que es muy longeva, detalló, llegando a vivir desde 100, hasta 800 o mil años, por lo que es una planta de gran importancia, no solo por su belleza, sino por lo que tarda en crecer.
“Su importancia no solo es por su longevidad, sino también por lo que este da a la naturaleza durante todos sus años de vida, los servicios ecosistémicos que este da, como servir de refugio para aves, mamíferos, reptiles y anfibios, para todas las especies, así como de otras plantas, ya que, bajo este, pueden crecer cientos de especies, creando así un mini ecosistema, es decir da refugio no solo a plantas, sino a muchos animales, es la casa de muchas especies”, continuó.
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Para finalizar, manifestó que el palo fierro se encuentra dentro de la NOM 059 SEMARNAT-2010, la cual es una Norma mexicana que tiene el objetivo de identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo en nuestro país para la atención y protección correspondiente de estas, sin embargo, no se encuentra en peligro de extinción, pero tiene su protección especial debido a que es una especie de gran importancia por su longevidad y para que este árbol crezca, deben de pasar hasta seis generaciones o más para poderlo ver morir.
De este modo, quienes sean amantes de la naturaleza y la historia, pueden recorrer varios puntos de la ciudad y reencontrarse con estas especies de árboles longevos, así como ayudar a su preservación.
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