A más de una década del incendio de la Guardería ABC los corazones de los involucrados en esta tragedia continúan ardiendo con súplicas de justicia, mientras una nueva generación se yergue para reclamar por los hermanos que murieron antes de aprender a vivir.
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Este año ABC no se celebró como los demás, las restricciones impuestas por el Covid-19 afectaron la forma en la que los eventos habrían de desplegarse, no obstante la convicción de los padres y el apego a las estipulaciones sanitarias lo hicieron posible.
Actualmente Sonora se encuentra en el pico de la pandemia por esta enfermedad, con 255 defunciones y más de 3 mil casos confirmados, por lo que la expectativa sobre la conmemoración de ABC seguía en el aire.
Eran las 00:00 horas cuando Nayeli Aurora Trujano hizo su propio pase de lista en su hogar, con una grabación en la que se nombraba a los 49 niños que murieron en el siniestro; el video sería replicado por Movimiento Cinco de Junio, conformado por los padres de las víctimas, marcando el primer tributo del día.
Más tarde, a las 8:00 horas, bajo un cielo nublado que anunciaba la tranquilidad de un nuevo día, el abogado de los padres que integran el colectivo Manos Unidas por Nuestros Niños daba las últimas indicaciones para comenzar el tributo a las afueras de la otrora estancia infantil.
El párroco Andrés Guadalupe Salazar bendijo las escalinatas en aquel memorial improvisado lleno de cruces para posteriormente emitir la palabra de Dios a través de un megáfono, sin embargo la ciudad permanecía inquieta: el ruido de los automóviles prevalecía sobre las oraciones del padre, el ayuntamiento no se molestó en cerrar el tráfico.
Una vez concluido el acto litúrgico, un puñado de globos fue soltado al aire por los niños sobrevivientes del incendio y poco a poco los balones llenos de helio se perdieron en la inmensidad del cielo gris, como memorias de mejores tiempos.
Tan sólo una hora después, en la capilla de la casa del arzobispo de Hermosillo, Ruy Rendón Leal compartiría el sagrado misterio que narraba las cartas de San Pablo a su discípulo Timoteo, quien era perseguido por el Imperio Romano, como un ejemplo de firmeza ante los momentos de duda.
“Hago votos para que los procesos jurídicos que están en curso por medio de instituciones y personas que tienen esta competencia se resuelvan con estricto apego a la ley, que la santísima Virgen María de Guadalupe, consuelo y protección de los que sufren, se apiade e interceda por las mamás y papás del a Guardería ABC”, manifestó.
A las 10:0 horas, en la iglesia de San José de la colonia Pedregal de la Villa, ubicada en la zona sur de la ciudad, la tradicional misa en nombre de los fallecidos, organizada por Movimiento Cinco de Junio, tomó lugar.
El padre Claudio Murrieta pidió pronta justicia para las 49 almas arrebatadas de sus padres, quienes permanecían separados los unos de los otros respetando las disposiciones de Salud, absorbiendo en silencio las palabras del hombre a cuyos pies se desplegaba la manta blanca con la leyenda “Justicia ABC”.
“Es lo que nos ha acontecido nosotros podemos tener una mirada nueva, una mirada distinta, podemos nosotros darle un giro narrativo a lo que nos ha pasado y convertirlo en sabiduría, que nos da vida, o dejarlo ahí, como sabiduría que intoxica”, valoró.
Pasadas las 18:00 horas, un convoy de automóviles encabezado por los sobrevivientes y padres de las víctimas partió de la Plaza Niños Héroes ubicada en bulevar Gómez Farías y Justo Sierra hacia el Sur de la ciudad hasta el génesis de esta historia: las ruinas de las avenidas Mecánicos y Ferrocarrileros de la colonia Y Griega.
Escoltados por una patrulla de la Policía Municipal, los vehículos eran tripulados por un máximo de tres pasajeros y ostentaban en los cristales y carrocerías las frases emblemáticas que han caracterizado a la marcha desde su inicio: “Ni perdón ni olvido”, “ABC nunca más”, “No debió morir”.
Acatando las medidas de cuarentena, las familias hermosillenses se asomaban con curiosidad desde sus hogares gritando consignas y muestras de ánimo a la caravana, a la cual se anexaron ciclistas y motoristas durante el trayecto.
Una vez que la caravana llegó a la Guardería ABC, se hizo nuevamente el pase de lista de los 49 niños y posteriormente se exigió al gobierno federal y estatal que atendiera las necesidades de las víctimas de esta tragedia.
Honrados por la solidaridad de la ciudadanía del municipio, los padres vencieron las expectativas sembradas por el coronavirus y realizaron los eventos en conmemoración a los caídos, sin embargo ello sólo provoca una satisfacción efímera, pues mientras no encuentren justicia, los progenitores continuarán caminando entre la ceniza, buscando a sus hijos.