La caza deportiva es una de las principales actividades que se realiza dentro de las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA’s) en el país, la cual es una alternativa de producción rentable para los productores del sector rural, debido a los beneficios que dejan las solicitudes de cazadores extranjeros, de acuerdo con lo establecido en la normatividad.
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Sonora es el segundo estado a nivel nacional con mayor extensión territorial, cuenta poco más de 8.5 millones de hectáreas y un total de 1,691 de predios registrados como UMA´S. En estos lugares se puede realizar la cacería de especies como el borrego cimarrón, venado bura, venado cola blanca, jabalí de collar, puma, gato montés, guajolote silvestre, palomas, faisán de collar, aves acuáticas, entre otros.
Ubaldo López es organizador cinegético desde 1994, cuando era pequeño se inició en la cacería, un legado que le dejó su padre Santiago López, quien era reconocido por destacar en esta actividad. En el año de 1990, Ubaldo llegó a Hermosillo procedente de su natal Ímuris, Sonora y comenzó a trabajar como taxidermista, sin embargo hace apenas 4 años trabaja por su cuenta como cazador.
“Yo recuerdo que en el 70 se hacían las cacerías del venado bura a lado de la carretera internacional hacia la Costa, ahora se puede cazar de los dos lados, ha crecido mucho la población gracias al cuidado del venado que se le ha dado por medio de las UMA´s y áreas de conservación”, comentó.
Al año se reciben aproximadamente 15 mil extranjeros desde el mes de diciembre hasta marzo, periodo que comprende la época hábil de cacería del borrego cimarrón. El costo de este ejemplar puede variar desde los 20 mil a los 50 mil dólares y el venado bura de 5 mil hasta 14 mil dólares.
“Años atrás se decía que el borrego cimarrón estaba en peligro de extinción pero no lo era, había menos de los que hay ahora, se ha visto mucho crecimiento debido a que se vio una entrada económica muy fuerte y las poblaciones aumentaron en cada uno de los ranchos, antes los regalaban, ahora tienen su valor y los cuidan”, mencionó.
Esta especie se encuentra en toda la Costa y en la Isla del Tiburón en área libre y el venado bura desde Caborca a Guaymas, en toda el área costera pegado a la carretera internacional.
“El borrego cimarrón es uno de los tesoros que tenemos como fauna aquí en Sonora, se dice tesoros porque los hay libres en Sonora, Arizona y los demás estados son introducidos, no son criollos, todos quieren los originales, los de Sonora y Arizona”, manifestó el Ubaldo.
Actualmente, se estima una población de cimarrones para Sonora de 7,591individuos, 3,829 en vida libre y 3,762 en confinamiento, número muy superior al que se calculaba en 1976, el cual era de 1,000 ejemplares.
La manera de seleccionar al animal se basa en una pirámide conforme a su edad, donde en la punta se encuentra el número uno, que es el más viejo que se pueden comer los depredadores, después le sigue el dos que son los que buscan los cazadores para trofeos y los últimos tres, son los animales fuertes, en este último nivel de medición se encuentran los machos reproductores que cubren más hembras, los cuales se conservan para preservar el futuro de cada especie.
“Yo pienso que (las personas) deberían estudiar la causa de la cacería organizada como nosotros, sí tienen razón de estar en contra de los cazadores furtivos, de los cazadores que hacen el mal uso del rifle por matar crías o hembras, tienen la razón, pero en cuanto a la caza organizada, gracias a nosotros la fauna de Sonora ha crecido bastante, si solo lo hacen por la carne o por otras cosas sí estoy en desacuerdo”, criticó.
Ubaldo compartió que lo más difícil de esta actividad es la buena organización, también tener guías preparados para que los turistas los busquen por su buen trabajo y que puedan cazar en buenos ranchos. “Todos los cazadores tienen un cintillo otorgado por el censo que se hace cada año en cada uno de los ranchos para tener permiso de cazar, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos y Pesca (Sagarhpa) otorga cierta cantidad de borregos cimarrones en área libre, cierta cantidad de confinamiento los ranchos con cerca alta y también permisos por especies como los bura, jabalíes, cola blanca”, confirmó.
La derrama económica que genera la actividad cinegética en el Estado de Sonora, se calcula entre 20 y 30 millones de dólares americanos anualmente por la venta de los permisos de caza exclusivamente. Actualmente se han otorgado un total de 4,610 cintillos a 891 Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).
En el año 2019 las especies principales y con mayor valor cinegético para cazar son: borrego cimarrón con 55 cintillos, venado bura 1,019, venado cola blanca 1,597, jabalí de collar 1,033, paloma ala blanca y huilota 458, patos y cercetas 63.
El equipo de trabajo de Ubaldo se conforma por 10 guías, realiza tres campamentos diferentes puntos del estado, Trincheras, La Colorada y Cobachi, Sonora. La duración de la cacería es dependiendo del animal, el venado bura son de 6 días, venado cola blanca 5 días y borrego cimarrón se extiende hasta 10 días.
“Nosotros los cazadores ya lo traemos en la sangre, desde nuestros antepasados de eso vivían, era una forma de vivir cazando y a nosotros se nos olvidó, se tiene que ver como algo normal, porque nosotros como organizadores y cazadores de Sonora ya estamos cuidando mucho más el animal”, dijo.
Para finalizar comentó que en la página oficial de Sagarhpa se pueden informar sobre la cantidad de permisos que se otorgan, los beneficios que se tiene y cómo la cacería es una es una entrada monetaria más para el estado. “Si no lo hacemos los animales se van a morir de viejos, yo recomiendo a todos los cazadores que no cacen crías, ni hembras y que no lo hagan por la carne, si no como un deporte establecido. Esto es una entrada más para las familias de aquí, muchos guías viven de eso, la economía crece en Sonora ya que entran algunos millones de dólares gracias a ello”, concluyó.