Este domingo 11 de diciembre, la caravana Coca-Cola navideña, una tradición conocida por los hermosillenses, regresó a la ciudad después de varios años.
Desde hace días se anunció en redes sociales el recorrido del evento organizado por la empresa Coca-Cola, mismo que emocionó a gran parte de Hermosillo.
Las personas comenzaron a ocupar su lugar desde las 4:00 pm., a lo largo de la avenida Rosales, ya que la caravana partió desde el bulevar Francisco Eusebio Kino y finalizó en Galerías Mall.
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A kilómetros se podía ver la sonrisa de los niños presentes, quienes esperaban emocionados el poder ver a los ya tradicionales camiones de Coca-Cola decorados con luces navideñas.
Mientras la caravana daba inicio, los vendedores ambulantes tuvieron la oportunidad de hacer su agosto, pues ya sea globos, algodones de azúcar, chicharrones y demás, todo se vendía en grandes cantidades.
El oso Polar y Santa Claus se llevaron la atención
Después de algunas horas de espera, la caravana por fin inició y las calles de Hermosillo se iluminaron y llenaron de espíritu navideño.
Personas de todas las edades mostraron su emoción al ver el primer camión de Coca-Cola, el cual estaba lleno de luces blancas que lo hacían parecer un carrito de juguete.
“Magia de verdad” se podía leer en la pantalla del vehículo y detrás de él un grupo que bailaba al ritmo de un villancico.
El famoso vagón del tren de Coca-Cola no podía hacer falta, y a bordo de él se observó un elfo que bailaba lleno de energía, mismo que se mostraba molesto si no le aplaudía el público.
Cómo parte de los atractivos de la caravana navideña se integraron grandes personajes como soldados del clásico cuento del Cascanueces acompañados de bailarines.
Los carros alegóricos también se adornaron con árboles de Navidad, esferas gigantes, campanas, regalos, velas y muchas luces.
Al aparecer el tradicional oso polar, las personas que presenciaban el espectáculo, gritaron y sonreían mientras el oso bailaba y saludaba a todos por su paso.
Detrás de él, se vío a Santa Claus en su trineo acompañado de una enorme bolsa de regalos, motivo por el que los niños expresaron mayor felicidad en sus rostros.
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Para evitar accidentes por la circulación de los autos adornados, a lo largo de la caravana caminaba un contingente de seguridad encargado de alejar a las personas hacia las orillas.
Si bien, el show duró unos minutos, fue un momento que se vivió lleno de magia e ilusiones, mismas que sólo la época navideña puede lograr.
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