Desde épocas del virreinato los integrantes de la tribu yaqui han pasado por una serie de conflictos que van desde la persecución, exilio, exterminio y hasta el esclavismo de parte del propio Gobierno y demás grupos poderosos interesados por sus tierras.
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Hasta el día de hoy la comunidad sigue pasando por situaciones adversas similares, pues recientemente dos importantes líderes yaquis fueron secuestrados y posteriormente encontrados sin vida.
Asimismo la población se encuentra a la expectativa por la desaparición de 10 integrantes de la tribu desde el pasado mes de julio, teniéndose como avance de búsqueda el hallazgo de restos óseos en el cerro Chichiquelite, los cuales son analizados por la Fiscalía General de Justicia del Estado.
El investigador y defensor de los pueblos yaquis, Rodrigo González Enríquez contó que como parte del plan de ocupación de la zona noroeste de México, el gobierno del general Porfirio Díaz comenzó a repartir tierras a importantes inversionistas para el desarrollo de la región.
Sin embargo, la comunidad yaqui siempre fue recelosa de sus posesiones y no permitían que se les despojara terreno alguno, postura que mantuvieron incluso con la misma corona española.
“Empezó a haber una resistencia de los yaquis a ceder su territorio ya reconocido en principio por los españoles, al consumarse la independencia, el gobierno mexicano desconoce esos mapas, esos reconocimientos de tierras y empieza a promocionarlos a gentes externas de las comunidades indígenas, incluyendo a sectores de otros países”, relató.
Fue así que los conflictos entre el gobierno mexicano y la tribu yaqui se recrudecieron, al grado que el presidente Díaz decidió tomar medidas más duras, como lo fue el exilio y el encarcelamiento con tintes de esclavismo.
De los 90 mil habitantes que la tribu tenía en aquel momento, se llegó a tener menos de 5 mil, precisó, pues grandes multitudes migraron a pueblos sureños de las entidades estadounidenses de Arizona, California, Texas y Nuevo México.
Quienes eran encarcelados eran preparados para subir a una embarcación desde el puerto de Guaymas hasta las costas de Michoacán, para posteriormente en tren ser trasladados al Golfo de México y de ahí a la Península de Yucatán.
“Fueron roladas familias completas, ferrocarriles llenos de gente hacia esa zona y se habla de una especie de esclavismo, provocado por el propio gobierno mexicano posterior a la independencia, donde la lucha por la independencia era precisamente romper con el esclavismo provocado por los españoles”, abundó el investigador.
Papel en la Revolución
Años después los yaquis se sumaron a las filas de las fuerzas del Noroeste durante la Revolución Mexicana, participando en importantes batallas bajo la promesa que se les restituiría el territorio que se les había arrebatado durante el porfiriato.
Sin embargo, el tiempo en que se les hiciera justicia por participar en el movimiento armado se dilató hasta la llegada en el poder de Lázaro Cárdenas, quien en 1940 decretó el reconocimiento del territorio yaqui, el cual pasó de ser de 2.5 millones de hectáreas originalmente a tan solo de medio millón.
“El decreto de Lázaro Cárdenas incluyó un poco menos del medio millón de hectáreas de las 2.5 hectáreas originales que tenían, todavía con el tiempo, parte de ese medio millón de hectáreas sigue incumpliéndose y no es hasta ahora que viene el presidente Andrés Manuel López Obrador a dar cumplimiento a ese decreto”, aseveró.
Por su parte, Guadalupe Flores Maldonado, representante jurídico de Loma de Bácum, mencionó que el principal problema que ha tenido la nación yaqui es la intervención del gobierno mexicano.
Señaló que las acciones que emprendió el entonces gobierno fueron “crueles y salvajes” y lamentó que a la nación yaqui se le siga atacando, ahora por medio de las leyes.
“Las acciones actuales son los etnocidios y otrocidios, o sea ya no se combate con las armas, se combate con sus leyes tratando de someter a la nación yaqui a la ley de ellos, una ley corrompida y que la aplican solamente a la conveniencia del gobierno mexicano y de los ricos”, sentenció.
Solicitud de perdón
El líder yaqui mencionó que todavía hay ecos de aquella persecución durante el porfiriato, pues aún quedan descendientes tanto en su territorio, como en otras entidades del país y del extranjero.
“Cuando comenzaron las deportaciones masivas, vendían a cada yoreme a 65 pesos y a las mujeres en 40 y los niños como en 10 pesos, los mandaban hasta valle nacional, en Oaxaca, Quintana Roo, Campeche y a Yucatán, a la hacienda henequenera. Todos los prisioneros que estaban aquí los mandaban para allá, como los yoremes sabían a donde iban, muchos e tiraban del barco al mar, a ahogarse, preferían andar entre tiburones antes de irse para allá”, externó.
Ante el anuncio de que el presidente, Andrés Manuel López Obrador acudiría a territorio yaqui a solicitar perdón por las acciones del entonces gobierno mexicano, Flores Maldonado consideró que eso no cambiaría la historia, y que además, lo que realmente hace falta es que respeten su normatividad interna.
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“De qué nos sirve si tenemos desaparecidos, de qué nos sirve que nos pida perdón si tenemos presos políticos, de que nos sirve si siguen robándose el agua del acueducto Independencia, de que nos sirve que nos pida perdón si por el otro lado están las mineras atacándonos por el norte y ellos no cancelan esas concesiones, entonces ese perdón no nos sirve de nada”, finalizó.