Las primeras horas de la mañana del 1 de mayo, en el Centro de la ciudad, se comenzaban a apreciar distintos colores representativos de los sindicatos.
Alrededor de las 8:00 horas ya estaba reunido un significativo contingente de personas, emocionadas por iniciar con el desfile.
Se dice que fueron cerca de 20 mil trabajadores de distintos gremios que participaron en el evento de conmemoración del Día del Trabajo.
Al son de la música regional mexicana, adultos, niños, jóvenes y personas de la tercera edad caminaron de Norte a Sur sobre la calle Rosales, expusieron sus necesidades laborales, sus inconformidades, gritos de emoción, bullas, risas, enojo, se apreciaron en el lugar.
En una sola voz se escuchaba ¡El pueblo, unido, jamás será vencido!; ¡Pena de prisión a las ratas del Issteson! Consignas que mantenían el espíritu de lucha de los trabajadores, una protesta, a decir de los participantes, en contra de promesas incumplidas, malos servicios, falta de medicamento.
Al concluir, poco a poco vuelve la normalidad en las avenidas, circulan pocos carros, pues es un día de asueto para muchos, pero para los participantes no, ha concluido su evento público pero seguirán buscando su jubilación, sus afores, sus derechos desde su propia trinchera.