En estos momentos maquinaria pesada trabaja en un punto ubicado entre los estados de Sonora y Baja California, estas máquinas están causando la destrucción de más de 2 mil años de historia y son motivo de un gran daño a una de las reservas de la biosfera más importantes del país, misma que es protegida por viejos estatutos internacionales.
Estamos hablando de la Reserva de la biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, la cual los gobernantes de la Nación Tohono O'odham luchan por proteger desde hace poco más de un año y cuyos esfuerzos, denuncian los mismos, han sido dejados de lado por las autoridades.
Este espacio, donde más de 300 hectáreas de terreno son la casa de varias especies de aves y lagartos, algunas de ellas únicas de la región, se encuentra enclavado en el Noroeste de los estados de Sonora y Baja California, abarcando parte de los municipios de Mexicali, Puerto Peñasco y San Luis Río Colorado, pero además, es el territorio místico de este pueblo milenario.
Los Tohono O’odham, a quienes conocemos de forma más común como Pápagos –nombre que hay que saberlo, no les agrada– están denunciando las acciones de la compañía minera La Borrascosa, misma que desde hace poco más de un año se encuentra explotando las salinas ubicadas en la reserva de la biosfera, interrumpiendo de esta forma una de las tradiciones más antiguas de esta cultura: La Peregrinación de la Sal.
Esta tradición es un ritual de pasaje en el que los jóvenes de la etnia salen desde la capital de su nación, ubicada en el Estado de Arizona, Estados Unidos, para llegar a pie hasta las salinas ubicadas en lo que actualmente es el Ejido Vicente Guerrero, correspondiente a Puerto Peñasco, Sonora –y parte de esta reserva–, para rescatar la sal que llevarán de nuevo al corazón de su nación convertidos ya en hombres.
Es por esto que las Salinas conocidas como La Grande y La Borrascosa, forman parte del Territorio Sagrado del Pueblo Tohono O’odham y por esto es, también, que se empeñan en defenderla.
En este vasto terreno, donde confluyen la tradición milenaria y las normas actuales de preservación del ambiente, pueden encontrarse, además de las mencionadas especies endémicas, vestigios de antiguas peregrinaciones y rastros del paso de esta cultura a lo largo de los siglos.
De ahí la imperiosa necesidad de detener la explotación de estas tierras, las cuales, informó Felipe Treviño de la O, miembro del Gobierno Tradicional O’odham de Ge’e Pisin, también se encuentran protegidas por estándares internacionales dentro del Tratado de Ramsar, el cual regula el cuidado de humedales de importancia internacional.
Entre sus denuncias, Treviño y otros representantes del Gobierno Tohono, afirman que la empresa minera cuenta con permisos de Semarnat para hacer esto, lo cual ven con malos ojos, toda vez que, afirmaron, nunca se consultó a la etnia y además, no se midió el impacto ecológico que estas acciones pueden provocar en el ecosistema.
“Se dieron permisos y está la concesión, el problema es ese, que se otorgó sin haber ido las autoridades a revisar, invadieron propiedad privada y está mal hecho el manifiesto de impacto ambiental al no respetar la biosfera, son sitios Ramsar protegidos internacionalmente”, lamentaron.