Día de la Virgen: Rancho El Sapo conserva una figura de un siglo de antigüedad

En la población de El Sapo conservan una virgen de Guadalupe que data de 1888, ni en la propia Catedral Metropolitana de la capital sonorense hay figuras o santos tan antiguos

Yoanna Romo | El Sol de Hermosillo

  · martes 12 de diciembre de 2023

Ni en la propia Catedral Metropolitana de la capital sonorense hay figuras o santos tan antiguos / Foto: Yoanna Romo | El Sol de Hermosillo

En un rincón de la Costa de Hermosillo se mantiene una tradición centenaria, la velación a la Virgen de Guadalupe en el rancho El Sapo, donde trasciende la imagen de más de 139 años de antigüedad.

De acuerdo a sacerdotes de Hermosillo, ni en la propia Catedral Metropolitana de la capital sonorense hay figuras o santos tan antiguos como esa imagen que ha perdurado más de un siglo en una de las rancherías de más historia local.

Carlos Valenzuela Quintanar, cronista de la zona de la Costa de Hermosillo, reveló que la Virgen de Guadalupe de El Sapo tiene sus orígenes en 1884, pero cuando el matrimonio conformado por Santiago López y Brígida Hernández adquirió el rancho en 1888 fue cuando iniciaron la tradicional velación.

En la zona de la Costa de Hermosillo, reveló que la Virgen de Guadalupe de El Sapo tiene sus orígenes en 1884 / Foto: Cortesía | Carlos Valenzuela

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Aunque se desconoce quién es el autor original de esta imagen, mencionó, ha permanecido en su sitio por más de un siglo, sobreviviendo a al menos tres altercados que la convirtieron en una pieza de gran interés histórico y familiar.

El primero de los sucesos fue mientras se desarrollaba una lucha de la etnia yaqui, cuando se encontraban dispersos en esa región de Sonora, en una ocasión un grupo quiso sacar la imagen de la virgen de su capilla para hacerle danzas en el llano de la comunidad, lo cual no ocurrió porque no se pudo bajar de su lugar.

“Por más que intentaron la Virgen no se quiso bajar, ellos querían bailar ahí en el llano, pero no, terminando bailando afuera”, platicó Valenzuela Quintanar.

Cuando el matrimonio conformado por Santiago López y Brígida Hernández adquirió el rancho en 1888 fue cuando iniciaron la tradicional velación / Foto: Yoanna Romo | El Sol de Hermosillo

Otro de los hechos que marcaron su historia sucedió durante la época de conflicto entre el Gobierno y la Iglesia o la Guerra Cristera, en la gubernatura de Rodolfo Elías Calles, quien ordenó la expulsión de los sacerdotes, el cierre de los templos y que se quemaran las figuras religiosas.

En ese momento llegó a El Sapo la maestra Esthela Rodriguez, quien tenía 15 ó 16 años, para dar clases a los niños que vivían ahí, pero contaba con la instrucción del Gobierno de quemar las figuras de santos que se encontrara, entre ellos la virgen de Guadalupe.

“Como se quedaba a vivir en la casa de Brígida Hernández vio la imagen, traía esa instrucción, antes el Gobierno les había pedido a los maestros esa misión, entonces intentó hacerlo con la virgen, pero la familia se negó, lo rechazó, y no logró cumplir su objetivo”, compartió el cronista.

Carlos Villalba | El Sol de Hermosillo

Por último, el tercer altercado que dejó huella fue cuando un ciclón impactó en la región de la Costa de Hermosillo, la intensidad del fenómeno meteorológico provocó que gran parte de la capilla donde se encuentra la virgen de Guadalupe se viniera abajo, excepto donde se encontraba la imagen.

Estos altercados lograron fortalecer la fé de sus creyentes y devotos, lo que ha permitido que las velaciones en su honor se sigan llevando a cabo a más de 130 años desde que comenzaron con esta celebración.

En sus inicios las fiestas duraban hasta tres días, narró Carlos Valenzuela, incluso residentes de otros campos se reunían afuera de la capilla para realizar una vendimia con sus productos y hasta se instalaba un circo cerca del panteón de la población que duraba dos meses.

Los creyentes de la Virgen de Guadalupe acuden cada año al cerro ubicado al sur de Hermosillo / Foto: Archivo | El Sol de Hermosillo

Durante la celebración se llegaron a presentar músicos como la Orquesta de los Hermanos Bobadilla, el Mariachi Águila, los Hermanos Othón y entre los más recientes los Reyes del Ritmo, la Banda Naranja y Cascabel.

“Como en ese entonces todavía no era común utilizar los panes birotes, la población hacía cientos de semitas o pan de vieja, se solía matar una vaca para hacer el menudo y la carne de los tamales”, detalló.

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En la actualidad ya son cinco las generaciones que han preservado esta tradición, que aunque no dura tres días, se sigue llevando a cabo con la organización de las familias Valenzuela Quintanar y Romo Valenzuela, descendientes de Brígida Hernández y Santiago López.

Fue durante el 2020 cuando por cuestiones de la pandemia causada por el Covid-19 se suspendió la velación y el templo en el rancho se mantuvo cerrado por primera vez en su historia.

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