Desde muy temprano Edward Andrés Stagl, de 67 años camina por distintas avenidas del centro de Hermosillo con una gran cruz de madera en sus hombros.
RECIBE LAS NOTICIAS DE EL SOL DE HERMOSILLO DIRECTO EN TU WHATSAPP, SUSCRÍBETE AQUÍ
Su barba blanca y su cara regordeta sobresale de entre las personas que caminan por las avenidas aledañas a la plaza El Mundito.
Se acerca a quien pase por ahí y les entrega un folleto: es un misionero que ha dado su vida a su fe.
Un día, mientras dormía, tuvo un sueño en el que dios le pidió ir a todos los países. Y así lo ha hecho desde entonces.
“El sueño fue hace 29 años, me dijo que mostrara la cruz y que enunciara su palabra; y esto es mi vida. He andado por China, Rusia, Corea, África, India, México. Llegué a Sonora porque Jesús me mostró una noche por un sueño que primero pasara por Guaymas y después vine a Hermosillo”, contó a El Sol de Hermosillo.
Don Edward es originario de Nueva York y desde muy joven aprendió el oficio de carpintería, con lo que fundó un negocio propio. Sin embargo, después de este sueño que relata, dejó todo y ahora la carpintería le da de comer durante sus viajes.
Su próximo destino será Centroamérica, pues desde febrero del presente año ha permanecido en la capital sonorense, donde ha visitado las iglesias, como lo hace en cada destino que visita.
La comida favorita del misionero estadounidense son las quesadillas, carne asada y el mole, por lo que está abierto a cualquier tipo de apoyo, así como a trabajos de carpintería para sostenerse.
Así se despide Don Edward, con la gran cruz de madera en sus hombros.