José Isaías Ruíz es uno de los egresados del Internado Coronel J Cruz Gálvez, donde llegó al lugar en 1966, siendo un niño con apenas 7 años, pues creció con carencias en el poblado de Santa Teresa, un municipio ubicado en Bacanora.
“Esos años en el Internado formaron mi carácter y aprendí muchas cosas de los maestros, prefectos, conserjes, enfermeras, doctores, de los maestros del taller, con todos los que convivíamos, porque éramos como una familia”, dijo José Isaías Ruiz.
“Después de trabajar en la limpieza como parte de la rutina, me dieron un desayuno diferente al que tenía en casa, porque yo tenía que ir con mi cajón a dar bola y con lo que sacaba me compraba la primera comida del día y en el Internado tenía las tres comidas al día, fue cuando dije: aquí es y aquí me voy a quedar”, manifestó con nostalgia el profesor de secundaria jubilado.
Por otro lado, Efraín Rodamés Uriarte Salazar, aseguró que gracias a la disciplina adquirida que le brindó el Internado en los años 1965 a 1971, salió adelante, pues se convirtió en un gran profesionista.
“Solamente con esa disciplina inculcada día con día en el Internado, es como se puede pensar en estudiar para salir adelante en distintas carreras, recuerdo muy bien al profesor Justiniani Garibay, quien además de exigirnos, mostró mucha empatía con quienes éramos sus alumnos”, comentó Uriarte Salazar.
Otro de los testimonios es la licenciada en Derecho, Olga Vargas Gutiérrez, quien en la institución forjó su desarrollo académico, la cual se siente agradecida por todo lo aprendido en el lugar.
“No es sólo ir a escuela, sino que tiene una formación especial que te enseña a ganarte las cosas, que tienes que trabajar por ellas y no sólo recibirlas porque sí”, dijo Vargas Gutiérrez, quien labora en el Poder Judicial de la Federación.
Y es que alrededor de los 100 años que cumplió el Internado, las personas egresadas se sienten orgullosas y agradecidas por haber pertenecido a la Institución, ya que recibieron atención, amor y sobre todo educación.