De acuerdo con el maestro Iván Santiago Armenta Ramírez, de El Colegio de Sonora, la accesibilidad a pasos peatonales seguros, el pobre diseño de las intersecciones y el sistema vial que favorece al tránsito vehicular, son factores del medio ambiente que pueden ascender la incidencia de accidentes peatonales en la ciudad.
Alrededor del 67 por ciento de las aceras se encuentran en mal estado en Hermosillo, aseguró, o cuentan con algún tipo de deficiencia como escalonamientos o reducción de tamaño, lo que hace que la vialidad sea más amplia y no permita al peatón visibilidad o suficiente espacio para transitar.
“El peatón muchas veces es culpabilizado. Siempre por el sentido común, en el imaginario colectivo relacionado con la ciudad, se considera que el peatón no sabe cruzar la calle y es el que tiene la culpa, porque somos una sociedad casi enteramente conductora de vehículo”, dijo.
El egresado del programa de maestría de El Colegio de Sonora, explicó que en cambio el peatón tiene una visión de dificultad para poder cruzar las vialidades, ya que busca las trayectorias más cortas y así atravesar la vía por donde haya mayor facilidad y seguridad.
Armenta Ramírez destacó que, de acuerdo a una encuesta intercensal realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (Inegi), el 51 por ciento de los trabajadores y el 47 por ciento de los estudiantes hermosillenses, usan un automóvil particular como principal medio de transporte.
“El atropellamiento afecta desigualmente a la población hermosillense, sea porque la persona pertenece a un determinado sexo, edad, nivel socioeconómico y/o discapacidad física. La planeación de una ciudad puede condicionar la hora, el día y el lugar del atropellamiento; ello a causa de la ubicación de los lugares origen-destino, al sistema de movilidad que favorece al automóvil, o a las deficientes condiciones de infraestructura física y la carencia de señalización”, precisó.
Asimismo, en la ciudad existe un grupo de peatones que busca que se hagan valer los derechos de este colectivo de personas, contó el experto, sobre todo porque el ciudadano tiene que ser central en un marco de equidad y de justicia.
Por último, añadió que durante estos tiempos difíciles de pandemia, resulta viable utilizar sistemas de movilidad alternos al automóvil, aunque hacerlo a través de ambientes mal diseñados y carentes de infraestructura en materia de seguridad vial puede resultar riesgoso e incluso mortal.