En Sonora cada año se registran alrededor de 6 mil nacimientos por adolescentes menores de 19 años, muchos de los casos por producto de violación, pues este problema social, cultural y de salud pública ha presentado un incremento desde el año 2000 a la actualidad de un 30%.
La ginecóloga especialista en obstetricia y en medicina materno fetal, Guadalupe María Pérez Borbón, aseguró que en el Hospital Integral de la Mujer del Estado de Sonora (Himes), se atendieron aproximadamente 6 mil nacimientos por menores de edad y a consecuencia de la pandemia por Covid-19, muy probablemente las cifras incrementarán.
“Es muy probable que la cantidad de embarazos en Sonora aumente por la pandemia, ya que incrementan los casos de violencia, tanto físicos, como sexuales y eso automáticamente nos aumentan estos datos y eso sin contar con que los chicos están encerrados en sus hogares y quieren aprovechar el tiempo al límite, por eso es muy importante la plática de los padres, el hablar de anticonceptivos”, dijo.
Guadalupe María, miembro del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (Comego), aseveró que los “embarazos no planificados”, usualmente se contemplan en menores de un estrato socioeconómico bajo, donde también influye la cuestión cultural, por ello los hospitales privados presentan un porcentaje mucho menor de adolescentes embarazadas al de una institución pública.
“No es raro que nos lleguen en el Himes adolescentes acompañadas de sus mamás, quien también tuvo a su hija en la etapa de la adolescencia. En sí, es un patrón repetitivo; entonces la cuestión cultural nos va a repercutir mucho. Evidentemente esto sucede más en el estrato socioeconómico bajo, aunque no es lo único sabemos que se puede presentar en cualquier momento, pero sí es más común y hasta visualmente más aceptado”, precisó.
También, compartió que la gran mayoría de las jóvenes que presentan un embarazo a corta edad, lamentablemente se verán forzadas en abandonar sus estudios y llevar una vida en la cual su productividad se limitará y con ello, todos los planes que deseaban realizar previo al embarazo tendrán un cambio radical en lo que implica su vida futura.
“El problema que tenemos en Sonora es que entran muchos factores, y muchos de ellos son culturales, sociales, económicos, y que llevan a que tengamos una tasa de embarazos muy alta en adolescentes. En el Hospital Integral de la Mujer del Estado de Sonora (Himes) y diferentes hospitales estatales observamos que el incremento de embarazos se mantiene en un 30% o un poco más o menos, dependiendo del año de gestación de embarazos en adolescentes”, precisó.
Como se mencionó anteriormente, desafortunadamente de los aproximadamente 6 mil nacimientos anuales en la entidad, un alto porcentaje son producto de violación, en niñas de entre 10 a 12 años; y muchos de ellos efectuados por algún familiar de su hogar, o externos.
“El Estado es de los pocos que tienen prohibido la interrupción de la gestación, salvo en los casos que son por violación. En caso de un producto de violación puede hacerse la interrupción del embarazo, siempre y cuando la madre así lo solicite o en el caso que corra peligro la vida de la madre. Cuando sucede alguna violación a corta edad, muchas veces están dentro de la familia, por el hecho de tener hacinamiento, lugares limitados, todo esto favorece la violencia psicológica como sexual y ese es uno de los factores que se piensa que llegará a repercutir durante la pandemia: tener un mayor número de embarazos no planeados y no deseados en mucho de ellos”, resaltó.
Y es que de acuerdo con diferentes estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud, se prevé que habrá un incremento de los embarazos no planificados durante esta pandemia, agregó, donde se espera que aumentará la tasa de fecundidad hasta el 70.8% en nacimientos por cada mil adolescentes, es decir, 390 mil nacimientos al año.
Asimismo, la experta precisó que la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea), busca la reducción del embarazo en adolescentes de 15 a 19 años, es decir, descender la tasa de funcionalidad al 50% y desaparecer en su totalidad en menores de 15 años.
“Recordemos que las adolescentes embarazadas tienen una mayor probabilidad de padecer complicaciones durante el embarazo, como posibilidad de ciertas malformaciones, de preeclampsia, por solo ser menor de 19 años. Y además, sabemos que las mujeres que se encuentran en ese grupo de edad en muchas ocasiones aún viven con sus padres, no son productivas, incluso están estudiando, por lo tanto llevan su embarazo de una manera muy deficiente, ya que no tienen la capacidad de estar comprando los suplementos alimenticios, vitaminas, entre otros”, detalló.
Por último, Pérez Borbón destacó que una de las principales estrategias para prevenir los embarazos en menores, es contar con más programas de educación sexual en las escuelas públicas y privadas, donde conozcan cada uno de los métodos anticonceptivos y su función tan importante, como también que los padres de familia tengan pláticas con sus hijos sobre la importancia de estos mismos.
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