A pesar de la constante lucha por el empoderamiento de la mujer a lo largo de la historia, aún persisten situaciones de desventaja que afronta la fuerza laboral femenina, como es la brecha de género.
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La contingencia sanitaria causada por el Covid-19 incrementó el impacto negativo en el desarrollo económico de las mujeres, incluso generó entre el 75% y 80% del desempleo en ese sector poblacional en Hermosillo, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas A.C (Ammje).
La pandemia intensificó las jornadas diarias para aquellas mujeres que también son madres de familia, llegando al grado de imposibilitar su trabajo profesional o dificultar su desempeño laboral, lo que representó en algunos casos renuncias o suspensiones temporales.
Aunado a esto se llevaron a cabo recortes en múltiples compañías, incluso datos del Gobierno federal señalaron que dos de cada tres empleos perdidos durante la contingencia eran de mujeres.
Al respecto, Karla Mawcinitt Bueno, presidenta de Fundación Por México, aseveró que si México redujera tan sólo a la mitad la brecha de género en la fuerza de trabajo, potencialmente aumentaría en 0.16% la tasa anual de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
De tal forma, afirmó, el país podría llegar a un crecimiento económico anual del 2.46%, por lo que la lucha por el empoderamiento femenino continúa vigente para garantizar que las mujeres tengan oportunidad de ocupar los mismos espacios de trabajo que los hombres.
“Si hablamos del 2.46% anual de crecimiento porque las mujeres formaran parte de manera formal en la economía de México, estamos hablando de un aumento de mil 100 dólares por cabeza, esto sería uno de los mayores beneficios que traería a México la igualdad de género”, comentó.
Asimismo, de acuerdo con estudios de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo reduce la disparidad entre los hombres y genera un crecimiento mucho más rápido, como es el caso de Inglaterra y Estados Unidos, donde se ha podido cerrar más rápido la brecha de género.
Por ello, en México se sigue trabajando en programas de inclusión dentro de los tres niveles de Gobierno, así como por parte de la iniciativa privada, cuestión que representa un reto importante especialmente en el país.
“Menos de la mitad de las mujeres mexicanas que están en edad de trabajar ya participan en el mercado laboral, pero es la segunda tasa más baja de todos los países de la OCDE, y muy inferior a la tasa de hombres activos en el mercado laboral. Son alrededor del 82% de los hombres los que están trabajando y sólo alrededor del 50% de las mujeres en edad de trabajar lo están haciendo”, detalló.
Un aspecto cultural
Otro punto importante en el país es que, de las mujeres que trabajan, alrededor del 60% cuentan con una escasa seguridad social y se trata de trabajos informales con baja remuneración.
El aspecto cultural es también un factor importante que impide el desarrollo de las mujeres en el ámbito laboral, pues en algunos estados donde existen pocas oportunidades y bajos índices de educación, predominan las viejas costumbres que relegan a la mujer al rol de cuidadoras del hogar y madres de familia.
“Esperamos que existiesen mejores oportunidades, que se contempla promover la igualdad de género, no sólo en sociedades civiles, sino también en la dirección de empresas, como se ha hecho en el Poder Legislativo, donde se exige la paridad de género. Eso empuja a que haya espacios donde las próximas generaciones se puedan colocar y que más mujeres lleguen a representar a México”, comentó Mawcinitt Bueno.
También consideró que hace falta que tanto a hombres como mujeres se les dé el mismo trato dentro de su trabajo y que existan las mismas oportunidades para que no haya discriminación en las empresas, lo cual hace necesario en muchos casos contrastar los resultados con la persepción, pues en su dirección también debe existir un espacio para mujeres.
La presidenta de Fundación Por México agregó que el trabajo en las comunidades donde existen mayores costumbres machistas es fundamental, donde se busca mostrar los beneficios que trae a la sociedad en general el brindar a las mujeres herramientas y acceso a la educación y al trabajo.
El papel de la sociedad civil
Por otra parte, Imelda del Carmen Leyva Pacheco, integrante del Club de Mujeres Profesionistas y de Negocios de Hermosillo, informó que las organizaciones sin fines de lucro tienen un papel importante en este tema, para lo que es imprescindible realizar alianzas con instituciones así como buscar la creación de iniciativas de ley que aseguren el acceso a la educación y mejores condiciones para las mujeres.
“Por ahí tenemos que trabajar, tenemos esa gran oportunidad de poder presentar iniciativas de ley para ir transformando profundamente todo lo que la mujer tanto necesita”, puntualizó.
Tan sólo en Hermosillo, refirió, existe una gran necesidad en la comunidad triqui del Poblado Miguel Alemán, donde hay niñas menores de edad que ya son madres, por lo que se está buscando el acercamiento con profesionales de las Ciencias Sociales para encontrar una manera de erradicar la cultura a través de una iniciativa de ley.
“Tienen unos usos y costumbres que necesitamos ver quién nos puede orientar, sociológicos o antropológicos, un equipo interdisciplinario de profesionales para ver qué podemos hacer para ir poco a poco erradicando esa costumbre que realmente es muy lastimosa. Las niñas en lugar de estar jugando ya traen una criatura y son violentadas, entonces tenemos algo que hacer a futuro”, comentó.
De tal forma, aseveró que se está creando la conformación de un equipo para encontrar una solución al problema y presentarla al Poder Legislativo para volverla realidad.
Faltan recursos
Sobre este tema, María Elena Carrera Lugo, integrante de Cadena Feminista Sonora, Nosotras tenemos otros datos y docente de la Universidad de Sonora, coincidió en que se debe tener una cercanía con las autoridades para reducir la brecha de género.
Externó que la reducción de recursos federales etiquetados para el empoderamiento de la mujer a través del anexo 13, que es donde se incluyen los institutos estatales de la mujer, afectó considerablemente el avance para disminuir la desigualdad.
“Es muy lejana la igualdad, estábamos esperando que en el 2030 estuviéramos más cerca de lograr la equidad, pero la pandemia, un presidente que no ayuda a las mujeres, porque ahí está la baja de recursos significativos en el anexo 13 de recursos federales que es de donde se nutren los institutos de la mujer estatal”, abundó.
Como propuesta, junto con otras organizaciones feministas de Sonora, planteó la necesidad de hacer obligatoria la educación hasta nivel medio superior, así como incluir en la oferta educativa las materias de perspectiva de género.
“Parece algo sencillo, pero mucha gente que se rehúsa a la perspectiva de género desconoce el porqué”, manifestó.
La especialista detalló que la brecha de género se aprecia en diversos aspectos, por ejemplo en el tema laboral las mujeres están entre 27 y 30 puntos por debajo de los hombres en cargos medios y superiores.
“Hablemos del ámbito que quieres, incluso investigaciones científicas o universidades se les publica más a hombres que a mujeres”, apuntó.
Debido a esta situación, reiteró que a nivel estatal están trabajando en coordinación con la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, Rosa Elena Trujillo, a fin de generar proyectos en beneficio de la población femenina y reducir la brecha de género.