Por fin terminó el invierno y el nacimiento de los brotes en las flores y árboles es una señal de la llegada de la primavera o, como se le conoce popularmente en Sonora por sus singulares condiciones climáticas, el “preverano”.
La primavera es la estación del año mayormente asociada con la vida, la prosperidad y, dentro de un marco más abstracto, la belleza, pero por supuesto quien padezca de alergias leerá lo anterior y cerrará su ventana del navegador inmediatamente, una disculpa anticipada.
Uno de los momentos que define la llegada de la primavera es el llamado “equinoccio” el cual, contrario a la opinión popular, no se trata de una frase “new age” para impresionar fanáticos del esoterismo, sino un fenómeno real.
Por fortuna, el académico del Departamento de Investigación en Física de la Universidad de Sonora, Pablo Loera González, sabe mucho sobre equinoccios, siendo los cambios de estaciones uno de los campos de estudio de su profesión.
“El equinoccio es el momento en el que el sol cruza el ecuador del celeste y en la tierra se cuentan con periodos de iluminación similares de día y noche, de 12 horas cada uno”, y así, con esta breve pero efectiva explicación, la duda sobre los equinoccios ha sido resuelta.
Sin embargo, es muy pronto para salir y disfrutar de la primavera aún, sobre todo porque la fecha exacta de los equinoccios varía año con año, otro problema más causado por la arrogancia del hombre y su eterna obsesión por controlar el tiempo.
De acuerdo con Loera González, la duración del año en el calendario no es del todo colindante con el tiempo que tarda la Tierra en orbitar al Sol, puesto que hay un exceso de seis horas cada año, mismas que, por cuestiones de cronología, se pretende que no existen, tal como un árbitro de futbol trasnochado con los tiempos extra.
El equinoccio de primavera de 2021 ocurrirá el sábado 20 de marzo, a partir de las 2:00 horas en la zona horaria de Sonora y se prevé durará hasta el 20 de junio a las 21 horas, cuando tenga lugar el solsticio de verano, otro término sofisticado usado por quienes no son investigadores de física con el fin de que sus opiniones sobre el clima luzcan más importantes.
La primavera se caracteriza por tener un mayor número de horas de sol, lo que implica que los días calurosos comenzarán a sentirse, o más bien padecerse, de forma más frecuente en territorio sonorense.
El equinoccio como símbolo
Debido a las características de este día, es frecuente que religiones u otros movimientos asociados a la fe aprecien este fenómeno astronómico como una fuente de simbolismo.
El equinoccio es percibido como una dualidad gracias al equilibrio entre el día y la noche que surge dicho día, asimismo el reverdecer de las plantas es usado, como se mencionó previamente, como una analogía del comienzo de la vida.
Joseline Lam, instructora de yoga y entusiasta de temas esotéricos, comentó que la llegada del equinoccio ha sido objeto de admiración en incontables civilizaciones, mismas que han interpretado la predominancia del sol de distintas formas.
“El sol es luz y la luz representa vida, asimismo la vida está allegada a la esperanza, por ello es frecuente encontrar lecturas que mencionan al equinoccio de primavera como una especie de triunfo de la vida”, explicó.
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Es común, durante el transcurso del equinoccio, la realización de rituales con el objetivo de establecer una conexión más profunda con las fuerzas de la naturaleza.
Entre ellos destaca el “saludo al sol”, una secuencia básica del yoga que consta de 12 posturas, las cuales sirven perfectamente para recibir el cambio de estación.