El proceso de canonización de monseñor Juan Navarrete y Guerrero sigue pendiente, por lo que ya se han entregado varios testimonios de milagros por los que intercedió con Dios, para la sanación de personas que dicen haber recibido su bendición para curarse.
De acuerdo a información recabada por El Sol de Hermosillo, con personas muy allegadas a quien llevaba por nombre Juan María Fortino Navarrete y Guerrero, nació el 12 de agosto de 1886, hijo de Demetrio Navarrete y Julia Guerrero, en Oaxaca.
Llegó a Sonora por Nogales a los 32 años de edad, por lo que fue el 14º obispo de Sonora y primer arzobispo de la Arquidiócesis de Hermosillo más joven, esto en el año de 1919 y falleció a los 82 años en 1968, un 21 de febrero, en su casa ubicada en la calle Pedro Villegas número 42 de la colonia San Juan, misma que hoy se conserva como museo.
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Dicho lugar, tiene como encargado a Ramón Chávez de 78 años, quien acompañó a Juan Navarrete por muchos años en sus quehaceres eclesiásticos y después en sus cuestiones personales y de salud.
En plática para El Sol de Hermosillo, recuerda que fue en 1966 cuando empezó de manera directa a apoyar más a don Juan Navarrete, ya que antes fue chofer de don Carlos Quintero Arce.
Aclaró que don Juan Navarrete fue una persona muy humilde y sencilla en su vida, sin embargo, ayudaba a los demás con artículos y productos que le obsequiaron.
“Yo ahora sigo aquí como encargado de la casa y museo, donde pues a todos los que vienen le damos un recorrido y los atendemos, además de ser centro de reunión de los encargados de darle seguimiento al proceso de canonización”, expresó.
En ese sentido, dijo que en el lugar se pueden encontrar todas las cosas personales y religiosas que usó don Juan Navarrete, hasta el ataúd de madera que él pidió al momento de su muerte y que hoy se conserva tras la exhumación que se hizo para el proceso de canonización y que fue cambiado a uno de metal en Catedral de la Asunción.
También se encuentran los documentos y rosarios, sillas, la mesa donde comía, además de sus vestimentas religiosas, sombreros y un gran número de fotografías, junto con otros sacerdotes, hermanas y compañeros.
“Nosotros seguimos a la espera de la canonización, ya que todos los documentos que se solicitan en Roma fueron entregados allá por el 2017, por lo que yo pienso que son suficientes de testimonios de personas que recibieron un milagro al haber estado aquí con don Juan Navarrete”, enfatizó.
En ese sentido, indicó que en lo personal le tocó ver un milagro por el que intercedió don Juan Navarrete con una señora que fue intervenida de los ojos, ya que tenía problemas de su vista, sin embargo, después volvió a venir a darle las gracias Dios por haber salido bien tras estar diagnosticada con ceguera.
Otro caso es de una niña hace algunos años, que en su momento pidieron por la salud de ella, toda vez que los médicos la habían desahuciado, pero que después dice que en los estudios no presentaba ninguna enfermedad, por lo que sus padres en gratitud dejaron aquí una fotografía de la infante.
Ante todos estos acontecimientos y después del deceso de don Juan Navarrete decidió retirarse de estos servicios por más de 14 años, sin embargo, de la Arquidiócesis le pidieron que se quedará a cuidar la casa y al mismo tiempo ser guía del museo al conocer más de cerca en muchos aspectos a don Juan Navarrete.
“Espero que venga mucha más gente y jóvenes para que conozcan la vida y obra de don Juan Navarrete, quien vivió aquí en una casa de madera, pero que después de la hicieron de material, la cual no quería en principio al haber sido una persona muy sencilla y sin lujos”, recordó.
Por su parte, Ignacio Lagarda Lagarda, cronista de Hermosillo, en entrevistas siempre ha mencionado que don Juan Navarrete fue de sólida formación nacido en la ciudad de Oaxaca.
En su momento a los 19 años de edad, se fue a León, Guanajuato, para ingresar al seminario, para después viajar a Roma al Pontificio Colegio Pío Latino.
A los 19 años entró a la Universidad Gregoriana donde hizo bachillerato de filosofía, para cursar teología y graduarse, por lo que a los 23 años fue ordenado como sacerdote en el Episcopado Romano, además de viajar a otras partes y llegar a Sonora a los 32 años.
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Se tiene que en el 2018 el grupo denominado “Pastor y Maestro”, fue quien presentó la reanudación del proceso para la beatificación de monseñor Juan Navarrete y Guerrero, luego de haberse quedado en pausa alrededor de 11 años.
Cabe mencionar que los principales aspectos que se toman en cuenta para los que han sido postulados para la canonización, es la recopilación de pruebas, documentos, escritos, testimonios directos de personas que lo conocieron y que demuestren un comportamiento de su santidad, así como la comprobación de por lo menos un milagro obrado por su intercesión.
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