Hay quienes dicen que el alma de un pueblo son su gente, y que la memoria de los antepasados y su forma de vida queda plasmados en sus viejos edificios, aquellos que evocan otras épocas, la de los ancestros, de ahí la importancia de los centros históricos, porque son la memoria y conciencia colectiva.
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No obstante que con cada edificio que se erige en los pueblos los van convirtiendo en grandes ciudades, con inmuebles realmente majestuosos; pero los primeros, aquellos que fueron testigos del pasar del tiempo, gestas heroicas, tragedias colectivas, tórridos romances, son los que en algunas partes prevalecen.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es una entidad encargada de preservarlos, pues la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, establece que los edificios construidos entre el siglo XVI y el siglo XIX son monumentos históricos y deben ser preservados.
El 2 de enero del 2020 el INAH suspendió las obras que se realizaban en el inmueble ubicado en la calle Tehuantepec y Rosales # 2, en el Centro de Hermosillo, que data de mediados del siglo XIX, es decir de 1800.
Omar Jara Domínguez, arquitecto dictaminador del Centro INAH Sonora, explicó que en el caso de dicho edificio el propietario presentó una solicitud para construir un estacionamiento comercial, desde agosto del 2019, pero le fue negado el proyecto pues conlleva un proceso de asesoramiento para no dañar las características históricas de los inmuebles.
"Regularmente en las negaciones nosotros asesoramos a los propietarios para que modifiquen los proyectos, pero el propietario, entiendo que por lo visto hizo caso omiso a la negativa del proyecto e inició obras y ese fue el motivo de que se le suspendieran los trabajos", expuso.
Este edificio, como es de esperarse, a lo largo de los años ha pasado por varios propietarios, pero recientemente se realizó una compra-venta junto con el inmueble donde se encuentra un conocido negocio del giro restaurantero, de donde el lugar en cuestión sería estacionamiento para clientes.
Pero el inicio de esta propiedad fue residencial, solo que al sufrir varias modificaciones a lo largo de los años, como en la década de los 50 cuando fue construido el Bulevar Rosales y perdió una parte de su extensión en pos de la modernidad, pasó por varios usos más ligados a lo comercial y en los últimos años estuvo abandonado.
Sin embargo, es una construcción que continúa formando parte del catálogo de edificio históricos, aunque en el periodo vacacional decembrino del 2019 sufrió modificaciones y daños considerables a su Infraestructura, por lo que al presentarse la apoderada legal de la empresa en el INAH, levantó un acta administrativa.
La obra está detenida y no se podrá continuar con ella hasta que se culmine con el proceso de responsabilidades de afectación, conforme a lo que marca la ley, que conlleva una revisión de los edificios para establecer los daños e identificar cuáles eran las partes del edificio que todavía se conserven.
"Con la información histórica que tiene el instituto, la información del catálogo, la que presentó el propietario, estamos en esa etapa precisamente, revisando cuál fue el daño específico del inmueble, porque a partir de ahí lo que buscamos es que haya una restitución de elementos", puntualizó el arquitecto del INAH.
Para conocer la versión de los propietarios de la empresa propietaria del inmueble se buscó al apoderado legal o encargados que pudieran proporcionar lo que pasó, pero no se obtuvo respuesta.
En el municipio se cuenta con un catálogo de alrededor de 300 edificios históricos, la mayoría ubicados en la parte Centro de la ciudad, algunos de ellos sobre la calle Pino Suárez, que en su momento fue la entrada principal del Hermosillo antiguo, todos con distintos niveles de conservación y modificaciones. Dicho catálogo actualmente se encuentra en revisión.