Con música y danzas tradicionales de la etnia yaqui, vecinos del Coloso Bajo realizaron una ceremonia especial para conmemorar el Domingo de Ramos e inicio de la Semana Santa.
En la celebración estuvo presente el arzobispo de Hermosillo, Ruy Rendón Leal, quien ofreció una misa y bendijo las decenas de palmas que los pobladores recolectaron para este día.
“La Semana Santa es la semana más importante del año porque recordamos y hacemos presentes los acontecimientos más importantes en la vida de nuestro señor Jesucristo, desde la entrada triunfal a la ciudad de Jerusalén hasta su gloriosa resurrección entre los muertos”, declaró el sacerdote.
Con el Domingo de Ramos, compartió que se recuerda que Jesucristo fue recibido por los habitantes de la ciudad de Jerusalén con palmas y ramas en las manos mientras las agitaban aclamándolo como el mesías y el salvador.
“Las palmas benditas las colocamos en nuestro hogar en un lugar visible para que al paso del tiempo cuando llegue a nuestra casa el sufrimiento, el dolor, la enfermedad o la muerte, las palmas nos recuerden que el sufrimiento no es el final, sino que el final es la resurrección, la vida, por eso las palmas simbolizan el triunfo, la victoria de nuestro señor Jesucristo sobre la muerte”, expresó.
Mientras el Arzobispo de Hermosillo realizaba la ceremonia religiosa, en el interior de la ramada de los fariseos del Coloso Bajo se llevaba a cabo la danza del venado, pascolas y matachines por parte de la comunidad yaqui.
Una vez terminada la misa, el Monseñor Rendón junto con los fariseos y los asistentes realizaron una procesión a otro centro religioso, con música tradicional de fondo y pirotecnia, para depositar las palmas benditas en el centro para su distribución.