Corría el año de 1769 cuando por órdenes de José de Gálvez, Visitador General de la Nueva España se procedió al reparto de tierras a españoles, indígenas y castas de las provincias de Sonora y Sinaloa, entre ellos en la Misión del Pitic, hoy Hermosillo.
Derivado de esto hubo la necesidad de distribución de agua, por lo que en 1772 se edificó una acequia que transportaba agua del Río Sonora a la población de aquellos entonces.
Actualmente, esta obra es el vestigio visible más antiguo que hay en Hermosillo, pues data del siglo XVIII y una parte se encuentra dentro de un predio particular que se ubica a un costado de la Casa de la Cultura, al pie del cerro de La Cruz.
El pasado domingo 7 julio el cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda Lagarda, se enteró que la histórica obra estaba siendo demolida por órdenes del propietario del predio, por lo que lo denunció a través de sus redes sociales, además de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tomó de inmediato cartas en el asunto.
“La obra es el vestigio más antiguo que tenemos en la ciudad y en la actualidad se encuentra completamente azolvado por basura, tierra y piedras. Algunos tramos han sido destruidos por los derrumbes de rocas del cerrito de la Cruz”, expuso Lagarda Lagarda.
Pavel Humberto Tiburcio Verdugo, arquitecto de la sección de Monumentos Históricos del Centro INAH Sonora, explicó que dentro de este predio particular está una sección de la acequia y fue la que se dañó parte de un tramo de la edificación de cal y canto.
Esta no es la primera ocasión en la que el propietario del predio intenta demoler este patrimonio de los hermosillenses, pues ya en el 2011 lo había intentado y el INAH lo evitó.
“En aquel entonces por denuncia ciudadana acudimos y se hizo la suspensión de los trabajos. Esta es una reincidencia de esos trabajos que se están pretendiendo realizar”, apuntó.
Señaló que lo que sigue es abrir un expediente y ya está en desarrollo un procedimiento administrativo, pero falta definir cuál es la regulación de estos trabajos ante el INAH por ser un monumento histórico, para una resolución posterior en donde la ley contempla sanciones económicas e incluso privación de la libertad.
Al respecto Lagarda Lagarda consideró que los hermosillenses deben valorar y cuidar esta obra que en la actualidad además de que se demolió parte de ella, se encuentra azolvada por basura, tierra y piedras que al paso del tiempo le han caído de deslaves del cerrito de la Cruz.
“Quien debe de proceder en contra de lo que hizo este señor y está haciendo es la población hermosillense, la comunidad en general tiene que manifestarse en contra de eso, de que una persona destruya el patrimonio cultural de Hermosillo. El predio le pertenece pero el acueducto no es de él, es de la comunidad hermosillense”, apuntó.