Con más del 87% del territorio sonorense en condiciones de sequía, ganaderos locales recurren a la venta de reses livianas ante un pronóstico crítico para este sector productivo.
La escasez de lluvias de verano en la entidad, sobre todo en municipios como Hermosillo, ha impactado a los productores pecuarios quienes esperaban mayores acumulados de precipitaciones en los últimos meses.
De acuerdo con el presidente de la Asociación Ganadera Local de Hermosillo, Javier Astiazarán Garibaldi, la ganadería está atravesando por un mal momento, al menos para quienes se dedican a esta actividad en el municipio.
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“La ganadería está mal porque no ha llovido, dependemos 100% de la lluvia y está mal”, externó el también productor de reses.
Apenas 150 mm de lluvia
Datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), señalan que entre julio y agosto de este año se han registrado 150 milímetros (mm) de lluvia acumulada.
Mientras que en esas mismas fechas, pero de 2022 cayeron 237.3 mm debido a una serie de precipitaciones extraordinarias, lo que significa que en los últimos dos meses llovió el 63.2% de lo que se presentó el año pasado en ese periodo.
La ausencia de lluvias constantes este verano tiene como consecuencia que los agostaderos locales se vean perjudicados y con ello la pastura necesaria para que el ganado pueda engordar y cubrir las necesidades comerciales o de los productores.
Hasta el corte del 31 de agosto, el Monitor de Sequía de la Conagua, indicó que el 87.7% del territorio de Sonora se encuentra en esta situación de sequedad.
De ese porcentaje, el 46.3% está en un nivel moderado, el 22.7% en anormalmente seco, y el 18.7% en severa, esta última es la más grave en lo que respecta a la condición estatal actual.
Además, especificó que de los 72 municipios sonorenses, 45 están atravesando por sequía moderada, 20 por severa y siete en un estado anormalmente seco.
Por su parte, en el reporte de 2022 del 31 de agosto, solo el 24.9% de la entidad estaba afectada por la sequía debido a las condiciones de lluvia que se registraron ese verano.
No es momento de vender
Para Astiazarán Garibaldi, este momento no es el mejor para la venta de reses debido a que algunas de ellas no se encuentran en las mejores condiciones en cuanto a su peso.
Explicó que los meses con mejores resultados son de octubre a diciembre cuando el ganado se alimenta también de lo que se produce en los agostaderos después de las lluvias de verano.
“Es cuando el ganado está en mejores condiciones de peso, ya el desarrollo del animal está en plenitud, ahorita si vendemos tenemos que vender, porque no nos queda de otra, animales livianos y estamos pasando por un mal momento”, expresó.
También aclaró que aunque el costo de comercialización es bueno, no es el mejor momento debido a la condición en la que se encuentra la res que pudiera estar en un mayor peso.
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En el reporte de precios de la subasta de la Unión Ganadera Regional de Sonora se ha presentado que los costos mínimos y máximos de una becerra con un peso promedio de 124 kilos es de 85.10 pesos por kilo.
“Esperemos que nos vaya bien, todavía nos quedan tres semanas de lluvia, pero no es el mejor momento aunque los precios están bien”, agregó.
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