La construcción del nuevo tren de carga entre los municipios de Ímuris y Nogales tiene una afectación directa en el ecosistema de esa región, por lo que colectivos ambientalistas como Caminantes del Desierto (CDD) y residentes de la zona exigen a las autoridades replantear el proyecto para evitar la mayor afectación posible.
Se trata de una obra ferroviaria del gobierno para el traslado de material presuntamente de la empresa Grupo México que va a atravesar el único santuario de luciérnagas en Sonora, así como el territorio donde viven osos negros y jaguares, estos últimos en peligro de extinción, lo que representa un riesgo para el medio ambiente.
Así lo consideró Sergio Müller, activista y cofundador del colectivo CDD, quien declaró que es en el área del río Cocóspera, en el Norte del estado, por dónde se contempla desarrollar proyecto que carece de un manifiesto de impacto ambiental ni cambio de uso de suelo.
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En entrevista para El Sol de Hermosillo, expuso que residentes de esa región están preocupados por esa situación, por lo que solicitan a las autoridades estatales replantear el proyecto.
“Bueno nosotros en nuestras redes sociales hemos dado a conocer, al igual que residentes cercanos al proyecto, que se tendrá una afectación, ya que el Río Cocóspera es el único santuario de luciérnagas en Sonora, además de los pocos ríos con agua todo el año y hogar de osos, jaguares, y ocelotes que será destruido para construir un tren que no cuenta con manifiesto de impacto ambiental”, expresó.
En ese sentido, añadió que ya se han tenido algunas visitas de ambientalistas que han documentado la situación con la finalidad de concientizar a las autoridades, no solo de la entidad sino federales.
El entrevistado, mencionó que de antemano esa área donde hay ranchos como el de Aribabi, Sonora, cuentan con registro de protección ambiental, lo que representa una situación delicada debido a que ahí habitan especies de oso negro, aguila real y otras más.
“De hecho se considera por la NOM-059 como una área con el mayor número de especies en peligro de extinción”, enfatizó.
Cabe mencionar que el Gobierno del Estado, de acuerdo a residentes ha dado poca información al respecto, de ahí que se tenga una mayor incertidumbre.
Por su parte, Yvonne Siqueiros, habitante de la comunidad de Ímuris, en entrevista vía telefónica para El Sol de Hermosillo, compartió que han estado atentos a la situación y mostrando imágenes sobre la afectación que se tendrá al medio ambiente.
“Nosotros hemos tomado fotos de lo que afectará y demostrar que sí nos afecta y mucho ese proyecto”, resaltó.
Ante esa situación, externó que existe un sentimiento de precaución por la afectación a las propiedades de los residentes de la región, a la presa, así como al río, flora y fauna.
Recordó que la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado de Sonora (Sidur) proporcionó un trazo del proyecto, el cual es el que se conoce por el momento, pero hay otros que según eran falsos y sólo movieron unos metros las áreas de construcción.
La activista añadió que son varias zonas por las que atraviesa el proyecto, como es el caso del ejido San Lázaro donde empezaron y de ahí hacia Ímuris, por lo que consideran que la afectación será más.
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“Aquí en Imuris nos afectaría a las casas, ranchos, parcelas, presa, canales de riego, pinturas rupestres, Misión de Cocóspera y áreas protegidas como Aribabi”, reiteró.
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