Pese a que existe el claro objetivo de erradicar la hepatitis C en Sonora, conforme a los lineamientos para todo el país, falta detección oportuna del virus y concientización de la población respecto a la enfermedad.
La hepatitis C es un mal que actualmente afecta a poco más de 600 mil personas en el país, y en México se está haciendo un esfuerzo, al mismo tiempo que en muchos otros países, para alcanzar una de las metas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es su erradicación.
Para el año 2030 se busca que desaparezcan hasta un 90% de los casos de hepatitis C, es por eso que se hacen esfuerzos para acabar con este padecimiento, señaló el infectólogo Miguel Castruita.
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En entrevista, el también médico internista informó que, aunque la hepatitis C es una enfermedad que, si se detecta a tiempo es curable, al ser asintomática, es decir, que no se tiene ningún síntoma, las personas pueden no darse cuenta de que están infectados, y el virus puede estar presente de 20 a 30 años antes de que ocurran complicaciones graves como la cirrosis o el cáncer del hígado, por ello la importancia de hacer una prueba diagnóstica.
Señaló que las personas que tienen mayor riesgo de tener hepatitis C, por lo general son aquellas que han recibido transfusiones de sangre; que tienen tatuajes; personas consumen drogas recreativas, especialmente drogas en la vena; personas que se han hecho perforaciones o personas que viven con VIH.
Aseveró que en México una de las principales problemáticas que se tienen con esta enfermedad, es que de las 600 mil personas que padecen hepatitis C, solo un 25% conoce su diagnóstico.
“La hepatitis C provoca inflamación de hígado de forma crónica; generalmente el individuo no tiene sensación de esto, y por consiguiente trae graves consecuencias con el paso del tiempo, aproximadamente 20 o 30 años después de la infección suele aparecer el cáncer o cirrosis en el hígado”, dijo.
De llegar a esta situación de salud, el paciente pudiera requerir un trasplante de hígado, sin embargo, dicho procedimiento es complejo, además de que no todas las personas son candidatas, dependiendo del estado de avance que tenga la enfermedad.
Bajo tratamiento de VHC
De acuerdo al Programa Sectorial de la Secretaría de Salud 2022-2027, implementado por la actual administración estatal, aunque el objetivo es eliminar el VHC, faltan programas más agresivos para la detección de esta enfermedad, pues hasta antes del 2020, la vigilancia epidemiológica de esta enfermedad se hizo de manera pasiva.
El documento señala que en agosto de 2020 se inició por primera vez el programa de eliminación de Hepatitis C (VHC) en el estado. Para ello, previamente se capacitó al 100% del personal de salud responsable de la detección y atención del VHC, en los Capasits Hermosillo, Obregón y Nogales, el Hospital General del Estado, el Hospital Infantil del Estado y los Ceresos.
Anterior al año 2020, la vigilancia epidemiológica de esta enfermedad en el estado solo se realizó de forma pasiva a través de los sistemas convencionales.
Cabe destacar que en la última década, en promedio se notificaron 107 casos nuevos por año, con tendencia en descenso en su comportamiento.
No obstante, -dice el documento- este descenso no reflejaba la situación real de la hepatitis C en el estado; resultó de la falta de detección y confirmación diagnóstica de casos, además del acceso limitado al tratamiento, así como la poca concientización en la población y profesionales de la salud.
El objetivo del programa es asegurar la respuesta nacional hacia la eliminación de la infección por VHC, mediante acciones coordinadas de promoción, prevención, diagnóstico y tratamiento en todo el Sistema de Salud, sin discriminación, con un enfoque de salud pública centrado en personas y comunidades.
Desde su inicio en 2020 al cierre de 2021, se tamizó a 6,241 personas, de las cuáles 1,845 (29.1%) han tenido resultado reactivo; a su vez, 1,369 se han confirmado y 476 (62.53%) se han vinculado a tratamiento.
Uno de los principales motivos por los que no se ha alcanzado a vincular al 100% de las personas con resultado reactivo a una prueba rápida, es el tamizaje realizado en eventos extramuros; mientras que, respecto al bajo porcentaje de personas tratadas, responde a protocolos de seguridad para la administración del tratamiento en personas privadas de la libertad.
Trasplantes de hígado
Por otra parte, en el ámbito local, actualmente Sonora cuenta con dos pacientes en lista de espera para trasplante de hígado, mientras que en todo el país hay 217 pacientes en espera.
En el estado, desde el 1 de octubre de 2015 se realizan trasplantes de hígado, esto en el Hospital CIMA de Hermosillo, explica el Dr. Ernesto Duarte Tagles, Cirujano General y Cirujano de trasplante de hígado y riñón.
Recordó que hace más de 15 años se realizó el primer trasplante de hígado en el estado, en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ciudad Obregón; desde entonces en la entidad no se ha realizado dicho procedimiento en una institución de salud pública, sin embargo, actualmente ya existen planes de llevar a cabo estas operaciones en el nuevo Hospital General de Especialidades del Estado de Sonora, lo anterior cuando se tramiten las licencias correspondientes.
Comentó que, pese a esto, el IMSS es autosuficiente y cuenta con cuatro unidades hospitalarias en el país que tienen licencia para la donación, las cuales son el Centro Médico Nacional de Occidente, en Guadalajara; el Centro Médico Nacional Siglo XXI, en la Ciudad de México; el Centro Médico Nacional de la Raza, también en la Ciudad de México y la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 25, en Monterrey.
En ese sentido, de ser necesario realizar trasplante a derechohabientes de Sonora, la institución los referirá a Guadalajara, dijo.
Sin embargo, detalló que los trasplantes de este tipo no suelen ser sencillos, pues el paciente debe estar en monitoreo constante para evaluar su nivel de salud, previo al trasplante.
“Técnicamente hablando el trasplante de hígado es de los más complicados. Lo único que se debe de hacer previo a este procedimiento es una terapia de mantenimiento para mantener compensado al paciente, sin embargo, el hígado con cirrosis hepática, el cual es el que se trasplanta, tiene diversas etapas de la enfermedad, en términos generales se engloba en una enfermedad leve, moderada y severa, solo los cuadros moderados y severos son en los que se aplica el procedimiento. Mientras están en espera de recibir la donación, deben estar en un control de la enfermedad, esto significa que se requiere estén estables, pero si se presentara una situación donde se descompensa el organismo del paciente, se entra en un estado que puede agravar el cuadro de salud del paciente y en ese momento no se puede recibir el órgano”, explicó.
Importante tener un diagnóstico oportuno
Castruita indicó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que por lo menos una vez en la vida cada adulto tiene que realizarse la prueba de diagnóstico de hepatitis C.
“Aunque todos estamos en riesgo, el padecimiento es más común en hombres que en mujeres, pero esto depende de diversos factores de riesgo, pero todos estamos en riesgo” dijo.
En ese sentido, detalló que se pueden hacer dos estudios. Uno, se solicita en el laboratorio como prueba de hepatitis, y consiste en una prueba de sangre, para el segundo estudio existe algo llamado ‘prueba rápida’, donde se obtiene una pequeña gota de sangre, similar a una prueba de diabetes, con lo que en pocos minutos se puede saber si se tiene hepatitis C, esta prueba está recomendada para toda la población, apuntó.
“No es una prueba costosa, pero se tendría que aclarar que existen pruebas rápidas disponibles de forma gratuita en todas las instituciones de salud, incluso si una persona no tiene seguridad social de ningún tipo, se puede acudir a un centro de salud y a la persona se le puede practicar una prueba rápida”, explicó.
Por otro lado, la alimentación no influye en esta enfermedad, dijo, sin embargo, la ingesta de alcohol elevada puede inflamar el hígado y, ya que el virus también afecta al hígado y provoca inflamación en este, entonces esos serían dos factores que pueden acelerar el proceso de la enfermedad.
“Si la persona tiene hepatitis C y al mismo tiempo toma cantidades altas de alcohol, esto podría provocar que la cirrosis aparezca un poco antes de tiempo. Antes del estimado de 20 o 30 años, en ese sentido, todas las personas que consuman alcohol deberían realizarse una prueba, dado que esto podría generar el riesgo de que la enfermedad del hígado evolucione más rápido”, comentó.
Existe tratamiento es universal y accesible
Por otro lado, el especialista explicó que para la hepatitis C se cuenta con tratamiento universal en México, que es mediante la ingesta de pastillas de los medicamentos Glecaprevir / Pribrentasvir y Sofosbuvir / Velpatasvir.
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“Es un tratamiento sencillo que tiene una duración de dos a tres meses, y tiene un porcentaje de eficacia de más del 95%. Dicho tratamiento es de creación reciente, universal y todas las personas pueden acceder a él, independientemente si tienen seguridad social o no”, detalló.
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