Fue durante las décadas de los 70 y 80 cuando, en las inmediaciones del Cerro del Apache, se llevó a cabo una actividad minera de manera rústica, con el paso de los años y el asentamiento de las familias en el sector se fundó la colonia Las Minitas.
Ignacio Lagarda Lagarda, cronista de Hermosillo, contó que en esa mina se explotaba el mármol a cielo abierto y que era propiedad del señor Fermín Encinas Landavazo.
Detalló que del mármol hacían marmolina, que es el resultado de la molienda de dicha piedra blanca, especial para realizar trabajos de acabados en las construcciones, o bien, para fabricar lápidas, como lo hacían sus principales clientes.
“La marmolina que explotaban los vecinos de esa zona, cuando todavía no había colonias y no había casas alrededor de los cerros, la vendían a los artesanos que hacían lápidas para las tumbas en el panteón; para eso se usaba la marmolina, para hacer eso que aparentaba ser mármol en las tumbas”, relató.
Del material también se extraía carbonato de calcio, mismo que era vendido a los dueños de las granjas avícolas que se encontraban a las afueras de la ciudad, para alimentar a las gallinas y que las cáscaras de los huevos salieran fuertes y sólidas.
En esa pequeña mina se daba empleo a vecinos de la comunidad y se utilizaban herramientas mecánicas que funcionaban con gasolina o diésel para el procesamiento de la piedra. En esos años la única empresa minera que operaba en Sonora era la de Cananea.
“Esa era la minería en el municipio de Hermosillo; antes de eso había habido una mina en la colonia Villa de Seris, pero muchos años atrás. También en el siglo XIX hubo explotación minera en el Cerro de la Campana para extraer bloques de mármol y elaborar maceteros, bancas, columnas para casas de la ciudad”, mencionó el cronista.
La feria industrial
Lagarda Lagarda recordó que en 1981 el gobernador Samuel Ocaña García, promovió la feria llamada Sonora 81: perspectivas Industriales, que tenía como objetivo dar a conocer la “incipiente” industria que había en la entidad.
El hoy cronista de la ciudad participó a sus 21 años en la categoría de fotografía, presentando la única imagen de la mina de marmolina que se conoce hasta el momento.
“A mí se me ocurrió ir ahí a esas minas y les tomé foto a los señores que estaban haciendo esa actividad básica y primaria artesanal, como tratando de decir que Sonora estaba en esos niveles de industrialización en esa época. El mensaje era que vivíamos en una etapa de industria básica para pasar a ser una industria en grande”, expresó.
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Ignacio no ganó ese concurso, pero a casi 40 años de haber captado la operación de una mina rústica en lo que hoy es una colonia popular, Sonora en términos mineros es de los estados más importantes de la República Mexicana.