Luis Roberto no dejó de trabajar en el negocio de su papá durante la pandemia, pues era importante para él seguir apoyando a la economía familiar y mantener su tiempo ocupado ante la difícil situación que embarga el mundo entero.
Es por ello que decidió laborar en la carreta de comida rápida donde ofrece la Caguamanta “El Chapo”, ubicada al Norte de la ciudad.
El joven de 18 años de edad es el hijo mayor del matrimonio Pompa Ayala, tiene la condición Síndrome de Down y estudia en el Centro de Atención Múltiple (CAME) número 14, además trabaja en el giro de la zapatería, donde ha desarrollado distintas habilidades para emprender con su propio negocio y al mismo tiempo ayudar en la carreta de comida de sus padres.
Hace un año José Luis Pompa perdió el empleo tras un recorte de personal, al contar con el dinero de la liquidación se dispuso a comprar una carreta para comenzar con su negocio de comida, ya que sus familiares y amigos siempre lo motivaron a que compartiera la sazón de sus alimentos con el público.
Ante la pandemia por Covid-19, la familia se vio afectada económicamente pues se contaba con el ingreso de Denis Ayala, madre de Luis Roberto quien trabaja en una farmacia, por tal motivo decidieron seguir trabajando con todas las medidas necesarias para cuidar de la familia y los clientes.
“Nos vimos afectados porque no teníamos mucho tiempo con la carreta y cuando llega lo de la pandemia nos dio miedo, mucha gente no salía y empezaban los focos rojos para que no consumieran en la calle, todo eso sí nos vino encima, teníamos miedo a enfermarnos, uno la piensa para instalarse pero no dejamos de asistir porque teníamos que salir adelante y que ganar para el pan del día”, mencionó Denis.
Cada mañana Luis Roberto se levanta temprano para ayudar a su papá, comienza armando las mesas y limpiando el lugar, atiende a los clientes, ofrece los refrescos, también de vez en cuando se lleva una bocina para alegrar el día a las personas con sus bailes y se lleva su caja de trabajo para ofrecer la limpieza de zapatos con un costo de 20 pesos y al mismo tiempo poner en práctica todo lo que ha aprendido en la escuela.
“Mucha gente nos criticaba por permitir que Luis saliera a la calle pero también era por necesidad psicológica de él, por eso siguió yendo con su papá a la carreta, gracias a Dios nos ha ido muy bien y ha salido para mantener los gastos de la casa”, explicó.
Denise aseguró que para Luis fue muy difícil la pandemia porque no entendía la razón por la cual tenían que estar resguardados en casa, por lo que comenzó a perder el cabello a causa del estrés y la ansiedad que esto le ocasionaba, sus maestras hablaron con él para explicarle la situación y sus padres permitieron que continuara trabajando en el negocio.
“Entre toda la familia nos organizamos con la venta de la comida, desde picar la verdura, acomodar la carreta, limpiar, poner las mesas y manteniendo todo con las medidas necesarias para evitar algún contagio y cuidar de los nuestros”, dijo.
Entre los platillos que ofrecen está la caguamanta, taco fish de pescado y camarón, aguachile, entre otros, los precios varían entre los 20 hasta los 150 pesos, la ubicación de Cahuamanta “El Chapo” se ubica en Lázaro Mercado esquina con Villa de Sauce en la colonia Villas del Real en un horario de jueves a martes de 8:00 a 14:00 horas.
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“No hay que rendirse, hay que salir adelante como se pueda, buscando otras alternativas, muchas veces vamos ser criticados por tratar de salir a la calle en medio de una pandemia, pero uno no sabe las necesidades que hay en casa, nosotros tenemos una persona vulnerable pero tomamos las medidas necesarios para cuidarlo, los invito a que sigan laborando para poder comer porque si no trabajas no comes, no hay que rendirnos, nosotros también pasamos por una situación difícil pero gracias a Dios estamos saliendo adelante”, finalizó.