El edificio del Banco de México se constituyó en uno de los símbolos de la modernidad de la capital sonorense que se inició durante el gobierno del general Abelardo L. Rodríguez (1943-1949).
El viernes 26 de octubre de 1945 se iniciaron los trabajos de la construcción con la nivelación del solar, bajo la dirección técnica del arquitecto Gonzalo Garita, quien vino especialmente desde la capital de la República a proyectarlo y construirlo.
En el desarrollo de la obra fue auxiliado por los arquitectos locales Gustavo F. Aguilar y Leopoldo Palafox.
El terreno donde se erigió el edificio estaba frente al antiguo Hotel Arcadia y formaba parte de la manzana formada por las avenidas Álvaro Obregón y Serdán, y las calles Pino Suárez y Pedro Moreno, antes de que la actual calle Rosales fuera prolongada hacia el Sur.
La construcción, que tuvo un costo de dos y medio millones de pesos y hasta ahora no ha sido modificada, consta de seis pisos y un sótano en el que se encuentran las cajas de seguridad, el equipo de refrigeración y el estacionamiento para los automóviles.
Originalmente los pisos estaban destinados para los siguientes usos:
El primero para las oficinas del banco, los cuatro siguientes para despachos comerciales y el último para la residencia del gerente y su familia.
El sábado 4 de marzo de 1950, a las 14:00 horas fue inaugurado el suntuoso edificio con una solemne ceremonia que presidió el director general del Banco de México S.A. licenciado Carlos Novoa.
En la inauguración también estuvieron presentes el gobernador del Estado Ignacio Soto, así como personalidades de la banca local y del Estado, de la industria, el comercio, la agricultura, la ganadería, además de profesionistas, periodistas, y demás grupos sociales.
Todos ellos recibieron las gentiles atenciones del gerente de la sucursal Hermosillo del banco, don Justo Ornelas.
Después de la ceremonia oficial se ofreció un exquisito “Buffe-Lounch”, que fue atendido por integrantes del Círculo de Instrucción Religiosa (CIR), un grupo de 50 damas pertenecientes a la más selecta sociedad hermosillense, cuya mesa directiva la presidía Olga Lizárraga, como secretaria Julieta Carranza, tesoreras Judith Romo y Angelita Ramos y como vocales Luisita Peigneux y Adelita Camou.
Como socias entre otras estaban: Amalia Miranda, Loly Puebla, Mercedes Ancheta, Elba Calderón, Ana Bertha Luken, Blanca Encinas, María Julia Cabanillas, Irma Rosas, Emilia Arvizu, Anita Quiroz, María León, Alicia Dávila, María del Carmen Astiazarán, Martha Luken, Teresita Espinoza, Gloria Serrano, Cristina Verdugo, Nena Rivera, Lidia Caballero, Teresita Aguilar, Amalia Padilla, Aurora Genda, Alma Bey, Gloria Astiazarán, Julia Santacruz y Gilda Lizárraga