¡Arriba el norte!, con esta significativa frase inicia la canción Hermosillo, escrita e interpretada por el gran Juan Gabriel, como agradecimiento a un gran amigo sonorense, que impulsó su trayectoria musical.
Se dice que fue a principios de los años 70, cuando el empresario Rubén Leyva Castro trajo a cantar al escenario del Xochimilco, ahora reconocido restaurante de la ciudad, pero que antes funcionaba como el lugar especial para bailes y conciertos a Alberto Aguilera (nombre real de Juan Gabriel), un músico veinteañero con una carrera en ascenso.
El joven quedó tan maravillado con la energía, la calidez y la belleza de la Ciudad del Sol que de su puño y letra salió este tema, pues a pesar de que su actuación no fue exitosa y de que –incluso- recibiera algunos botellazos por parte del público, el desafortunado momento no impidió que el “Divo de Juárez” sólo viera lo mejor de Hermosillo.
“En mi vida no he visto señores, una linda ciudad tan hermosa, como una que vi por el norte y se llama Hermosillo, Sonora”, en cada una de las estrofas el cantante cuenta aquello que sintió la primera vez que visitó la capital sonorense.
“La alegría se ve en todas partes, la sonrisa de una gran señora, la amistad de un señor elegante, así es Hermosillo Sonora”, en estas líneas Juan Gabriel hace una mención especial a Rubén y a su esposa, quienes por años trabajaron a su lado en múltiples giras por Sonora y Estados Unidos, y fueron sus compañeros de aventuras, convirtiéndose en incondicionales con una comunicación frecuente.
Para Leyva Castro fue muy conmovedor y especial este momento, pues recibir una canción hecha especialmente para el lugar que lo vio nacer fue un gesto maravilloso, y qué mejor que el compositor era uno de sus mejores amigos y una persona por la que sentía admiración, fe y que años después se convertiría en una gran estrella.
“Si un día vas a ir, te vas a encontrar, con el paraíso, la gloria del cielo, Hermosillo Sonora. Y vas a decir, lo mismo que yo, que nunca has mirado tan linda ciudad como la que has visto ahora”, Juan Gabriel encontró en este lugar una mirada al futuro y la posibilidad de conquistar nuevas plazas pues aunque el escenario en el que se presentó aquella primera vez estaba compuesto por cajas de refresco hechas de madera, fue importante en su carrera ya que significaba el apoyo que necesitaba para plantearse nuevos propósitos.
Ya con una carrera consolidada, Juan Gabriel regresó a Sonora, a su Hermosillo, a su ciudad tan hermosa, no recibió botellazos sólo cariño, amor y muchos aplausos por parte del público que esperaba con ansias corear su canción.
Alberto amaba el desierto, amaba San Carlos, lugar donde compró una casa; amaba Hermosillo y le escribió una canción, amaba a sus amigos, amaba Sonora. “Señora Sonora, qué linda es usted”…
Con información de Manuel Borbón.