La inseguridad en Sonora ha impactado de forma significativa a la tribu Yaqui, ya que dos activistas fueron víctimas de la ola de violencia en menos de dos meses.
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A casi un mes de su desaparición, la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) investiga si los restos semienterrados que fueron encontrados recientemente en Vícam corresponden al vocero de la etnia, Tomás Rojo Valencia.
Históricamente, la comunidad Yaqui de Sonora ha estado rodeada de conflictos con las autoridades gubernamentales por la defensa de los recursos naturales de sus tierras, lo que ha generado múltiples bloqueos y manifestaciones por parte de las autoridades tradicionales.
Entre las principales controversias que se han registrado en los últimos años destaca la inconformidad por la construcción del Acueducto Independencia en 2012 y el paso del gasoducto Aguaprieta en su territorio.
Una de las voces que resaltan en estas luchas por la protección de sus derechos es la de Tomás Rojo Valencia, quien es considerado uno de los voceros de los ocho pueblos que conforman la etnia.
Fue el pasado 27 de mayo, cuando sus familiares informaron que el hombre de 57 años, salió de su domicilio en Vícam, para realizar su acostumbrada caminata, pero no volvió.
Culpan a la inseguridad
Ante su desaparición, a través de un video, la familia de Tomás Rojo culpa a la violencia y a intereses ajenos a la comunidad de la ola de inseguridad que están viviendo, y lamentaron que el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) esté guardando un silencio sepulcral sobre la desaparición de uno de sus integrantes.
“La inseguridad y la violencia es el principal enemigo que tenemos todos los indígenas yoremes, puesto que nuestras familias ya no pueden vivir en paz en nuestro propio territorio, ya que la realidad es que los pueblos yaquis vivimos ante la sombra del miedo y del terror de perder a un ser querido o de no volver a ver la luz al día siguiente”, expresaron en su comunicado a la opinión pública.
El pasado 17 de junio, la FGJE informó que una persona de la comunidad que estaba buscando leña, encontró una fosa con un cuerpo semienterrado entre el monte a 12 kilómetros al Sureste de Vícam y a 2 kilómetros al Este de la Carretera Estatal 29.
Debido a que el cuerpo cuenta con diversos factores que coinciden con Rojo Valencia se realizó la toma de ADN, pero la Fiscalía indicó que las pruebas para determinar si los restos encontrados corresponden al vocero tardarán al menos 15 días en dar resultados.
Otro de los casos más recientes de agresiones contra ambientalistas yaquis es el de Luis Urbano Domínguez Mendoza, de 35 años de edad, que fue ejecutado a balazos el 8 de junio en Ciudad Obregón.
Desde 2012, el joven también formaba parte del grupo de activistas que luchaba por proteger el agua y su territorio, incluso apareció en un documental llamado Laberinto Yo’eme explicando las consecuencias del despojo de las agua del Río Yaqui.
El atentado ocurrió mientras salía de una institución bancaria, posteriormente la FGJE abrió una carpeta de investigación.
Testigos revelaron en el sitio a las autoridades que tres individuos atacaron al líder y defensor de los recursos naturales de la tribu Yaqui, con una pistola .40 milímetros de acuerdo con los casquillos percutidos que se reunieron por Servicios Periciales.
La comunidad indígena se encuentra preocupada debido a que ambos casos están estrechamente relacionados a la constante lucha por preservar el agua en tierras yaquis y mantener intactos sus terrenos, pero no se ha avanzado con la detención de los responsables.