Haber nacido con hemofilia, ha significado para José FranciscoCarmona Carlín que desde pequeño debió cuidarse de no sufrirheridas de ningún tipo, ya que una simple cortada puede durarhasta mes y medio para cicatrizarle.
Integrante de una familia donde dos de sus hermanos tambiénnacieron con este padecimiento que afecta la coagulaciónsanguínea, José Francisco recuerda cómo los médicos siempre leindicaron “no golpes”, “no cortaduras”, pero señala que ensu caso fue fácil sobrellevar esta condición porque su familia yasabía cómo atenderlo y siempre ha estado controlado.
Revela que aun cuando sus hermanos tienen hemofilia tipo A, lasuya es tipo B y en grado severa, por lo que cada tres meses debeacudir al hematólogo para que le apliquen su tratamiento: elFactor 9.
Si no lo hace, comienza a manifestarse la enfermedad conaparición de moretones en brazos y piernas, dolor dearticulaciones -como los codos y rodillas- así como debilidad ysomnolencia.
Debe cuidar mucho su peso, añade, porque no puede pasarse, ytampoco bajar demasiado, ya que esto puede desencadenar anemia yenfermedades graves de la sangre. Para un hemofílico, el temormayor es sufrir una hemorragia interna, por lo cual no debendesatender su tratamiento.