El santuario de San Judas Tadeo, en la colonia Las Amapolas, es el que más creyentes atrae en Hermosillo por méritos propios, al no depender de factores externos para su celebración y considerando su ubicación, indicó el padre Armando Armenta.
El párroco, quien lleva seis años a cargo del recinto, mencionó que debido a su arraigo cultural, probablemente sea la Virgen de Guadalupe el santo con más devotos en Hermosillo, pero para ello se requeriría un estudio sociológico que contabilizara a la gente.
No obstante, después de esta celebración, consideró que la de San Judas Tadeo es la que congrega más personas pues, al contrario de otro templo histórico en Hermosillo, esta lo hace de manera más espontánea.
“El templo de Nuestra Señora de la Candelaria en Villa de Seris también congrega mucha gente; sin embargo, ahí también entra el aspecto culinario como los tamales y burros, lo cual atrae a mucha gente; en el caso de San Judas es la devoción pura”, manifestó.
La fiesta oficial, el 28 de octubre, es la fiesta de Santo Simón y Judas Apóstoles, este Judas se le agregó el nombre “Tadeo” y fue el apóstol quien en la última cena preguntó al Señor por qué se manifestaba a sus discípulos y no al mundo.
Ese nombre aparentemente fue de otro evangelizador de Siria, al norte de Israel, ocurriendo así una especie de sincretismo entre ambos, en parte para diferenciarlo de Judas Iscariote.
A este discípulo se le ha nombrado a nivel popular como el apóstol de las causas difíciles y desesperadas; un intercesor ante Dios y Jesucristo para ayudar a los creyentes, además de ser un ejemplo de evangelización.
El santuario de San Judas Tadeo cumplirá 50 años, empezando sus operaciones como capilla en 1971 al oriente de la ciudad y, a pesar de no contar con muchos atractivos alrededor, atrae de manera natural a los fieles y con ello a los comerciantes.
De acuerdo con Armenta, quienes hacen los festejos son, en esencia, los vendedores ambulantes; desde que se colocan los días 27 y 28 de octubre de cada año, hay mucha anticipación entre los residentes.
“El Día de San Judas da empleo a familias, pero lo que atrae a la gente es de forma espontánea la devoción a San Judas Tadeo como tal; es común ver a la gente peregrinar el mes de octubre, desde personas que van a pie hasta cabalgatas”, expuso.
Estas formas tienen por nombre eclesiástico “piedad popular”, y son manifestaciones repentinas del pueblo, pero sobre todo de la clase trabajadora, donde manifiestan su fe a través de Jesucristo en la iglesia, a través de la devoción de los santos y la Virgen María.
Una de las características principales que tiene esta fiesta son, efectivamente, las peregrinaciones; gente que va a pie al santuario en familia o entre amigos, así como las cabalgatas en las que acuden de 10 a 15 caballos.
Una de estas cabalgatas es la organizada por la Fundación Padre José Celestino Durazo, la cual tiene 12 años haciéndose desde el Palo Verde hasta el santuario en Las Amapolas, en la que recorren aproximadamente 17 kilómetros de distancia.
El párroco expuso que las peregrinaciones son parte de la fiesta, ya que hacerlo es una forma de devoción y un aspecto del deber del misionero; otras formas en las que se manifiesta la fe es llevando velas, encenderlas y orar ante la imagen de San Judas Tadeo, así como llevar arreglos florales y música.
“Como comunidad religiosa dan la bienvenida a esos peregrinos, bendicen las imágenes, hacemos oración con ellos, pero ellos son los protagonistas de la evangelización, junto con la comunidad y los sacerdotes”, explicó.
La noche del 27 y 28 de octubre se reza el novenario de rosarios, pero en este caso, debido a las restricciones sanitarias por la pandemia de Covid-19, sólo se hará un triduo de misas pidiendo por intenciones.
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Este año se pedirá por las personas desaparecidas, por el control de la pandemia, por los fallecidos y enfermos; por el personal médico, así como la paz y reconciliación en un ambiente de violencia, como comunidad anfitriona acompañarán a los peregrinos con la eucaristía y bienvenida.