Este lunes inició la reactivación en algunas iglesias de la ciudad, tanto en oficinas parroquiales como en los templos con un número limitado de personas y con todas las medidas de higiene para evitar contagios.
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Las instituciones religiosas fueron cerradas a consecuencia del confinamiento por Covid-19 desde el mes de marzo, ya que reúnen un gran número de personas, pero finalmente la Arquidiócesis de Hermosillo informó hace algunos días que este 10 de agosto reiniciarían actividades presenciales en una primera etapa.
El Plan de Reactivación de la Pastoral Presencial Diocesana ha consistido en capacitaciones a los equipos parroquiales de apoyo, con más de 700 personas, sanitización de espacios religiosos y adquisición de insumos necesarios.
Asimismo, esta Primera Etapa consiste en abrir las puertas del templo principal y la oficina de cada iglesia, de lunes a sábado, con un horario limitado, previamente establecido por cada comunidad, a fin de que individualmente los feligreses que reúnan las condiciones adecuadas con protocolos de salud y sana distancia, se acerquen a orar, visitar el Santísimo, confesarse, realizar o solicitar algún trámite.
En cada parroquia, tanto en el templo como en las oficinas, estarán varias personas capacitadas en los protocolos a seguir para apoyar el ingreso, la estancia y la salida de los asistentes.
Cabe señalar que, las misas continuarán por modalidad virtual, pues esto se realizará en una segunda etapa, aunque algunas parroquias ya cuenten con presencia de las personas.
Dicho lo anterior, las mismas se seguirán transmitiendo a través de las plataformas digitales, de igual forma los eventos como encuentros, reuniones, clases, y asambleas para evitar el riesgo de contagios por Covid-19.
Por otra parte, las autoridades de la Secretaría de Salud crearon el Protocolo para Celebraciones Religiosas, con el propósito de retomar de manera gradual ciertas actividades consideradas no esenciales.
Una vez que se reanuden las actividades religiosas, será necesario el reforzamiento de medidas preventivas, por lo tanto, las autoridades de estos templos deberán llevar a cabo en las iglesias los siguientes lineamientos:
Recomendar a la población en riesgo presenciar y/o participar en la celebración por medio de plataformas digitales, si es posible reservar un horario especial del evento para esta población.
Habilitar solo el 50% o menos de la capacidad del sitio de culto, de manera que se garantice la sana distancia de 1.5 metros en los feligreses, además, colocar anuncios con los lineamientos del uso correcto de accesorios de protección, prácticas de higiene, estornudo de etiqueta, entre otros.
Asimismo, la Secretaría de Salud en Sonora organizó un apartado sobre la Distribución de Asistentes, por ejemplo, la iglesia deberá contar con un equipo de staff para que distribuya a los feligreses al momento de entrar al sitio de culto.
Las bancas o sillas deberán estar separadas, de no ser posible se deben usar alternas (una sí, otra no), etiquetando claramente las que se pueden usar, como también etiquetar el lugar en la banca donde cada asistente deba sentarse, manteniendo la sana distancia entre sí.
En cuestión del equipo de protección personal de los asistentes, todos deberán portar cubrebocas y careta, la iglesia deberá tener un bote de basura destinado al desecho de los cubrebocas, después de cada reunión debe haber una adecuada limpieza y sanitización del lugar.
A su vez, las autoridades de salud agregaron en el protocolo lo importante que será el control de acceso al templo, donde se deberá tomar en cuenta la colocación de tapetes desinfectantes con coloro para limpieza de zapatos y estaciones con gel antibacterial 70% alcohol.
La institución deberá mantener solo un acceso de entrada, de ser necesario mantener voluntarios en las entradas adicionales para asegurar la entrada principal, como también medir la temperatura en cada asistente.
Por otra parte, las reuniones deberán ser breves y no exceda los 60 minutos, se sugiere la no distribución de hojas o panfletos, evitar en todo momento el contacto directo con otras personas, saludos de mano, beso o abrazo.
Suspender por el momento peregrinaciones, procesos dentro y fuera de los sitios de culto, si se realiza intercambio de alimentos como parte de la ceremonia, el celebrante debe desinfectarse las manos y usar cubrebocas.