La interconexión de puntos o áreas verdes a lo largo de un corredor que abarca una gran parte de la ciudad como lo es todo el recorrido del Río Sonora por la ciudad de Hermosillo, podría sonar como un proyecto descabellado, pero es algo posible y que impulsa un grupo de profesionales y académicos.
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El corredor Biológico de Hermosillo es un proyecto puente en el que se pretende que las áreas verdes desde La Sauceda hasta el Ecoparque que se inaugurará próximamente al Poniente de la ciudad, así como de la Universidad de Sonora hasta el Río Sonora, estén conectadas para aprovechar el agua pluvial por medio de infraestructura verde.
Joel Montoya Haro, catedrático de la Universidad de Sonora, es uno de los impulsores de este proyecto junto a especialistas en el tema, arquitectos, activistas, investigadores, catedráticos y ciudadanía en general, para que el corredor sea una realidad y ayude a mejorar el microclima de una de las ciudades más calurosas de México.
Montoya Haro explicó que uno de los puntos más importantes es el concepto de sembrar agua, pues por años se ha tenido una práctica incorrecta en Hermosillo, que es conducir el agua de lluvia por canales y tuberías, en lugar de “sembrarla” para alimentar mantos acuíferos y que sirvan para más áreas verdes.
“Necesitamos aprovechar el agua, es decir, ‘sembrar’ agua, esto implica tecnología urbana necesaria para que el agua no corra como corre por las calles y por los canales, equivocadamente lo que hemos estado haciendo es sacar el agua de la ciudad, les ponemos canales, les ponemos tubos y esa agua no se infiltra, curiosamente hay inundaciones por fallas de planeación, en lugar de pensar en meterla a ciertas zonas donde sería posible infiltrar y además tener más árboles”, expuso.
Ejemplificó con el parque Madero, pues se inundan las zonas aledañas y no se encausa el agua hacia este terreno hundido y verde, esto por falta de técnicas de Infraestructura hidráulica para la conducción y aprovechamiento de las precipitaciones pluviales, lo cual aplicado a lo largo del corredor reduciría las llamadas islas de calor.
“El Corredor Biológico es el diseño de puentes de conexión, son conectores de ecosistema, de puntos importantes, uno de ellos es La Sauceda, hay que recuperar La Sauceda y aprovecharla. Los científicos dicen que todo esto que estamos planteando es posible”, subrayó.
Argumentó que se necesita un Ayuntamiento articulador de esta idea, pues es quien podría capitalizarlo, para lo cual podría desde incentivar a quienes acepten tener uno dos árboles en su banqueta, obligar a las empresas a que tengan árboles en sus estacionamientos, pues son grandes extensiones, para lo cual se necesita modificar leyes y reglamentos.
Además de la interconexión de los puntos ya existentes, que principalmente serían la Universidad de Sonora, Parque Madero, La Sauceda, áreas verdes de colonias aledañas, centro comerciales como Galerías, hoteles del sector, avenidas y bulevares del lugar, hasta llegar al Ecoparque; pretenden trasplantar por lo menos 14 mil árboles por toda la zona del Río Sonora, por ser un lugar con mantos acuíferos.
Esto sería casi la misma cantidad de árboles que la Comisión Nacional de Forestación (Conafor) dona a la población anualmente en Hermosillo, pero concentrado en una sola zona que atraviesa de Oriente a Poniente la ciudad.
Actualmente la capital sonorense en el tema de forestación tiene un déficit, pues apenas alcanza alrededor del 60%, según información del Ayuntamiento de Hermosillo, pues debería de haber por lo menos 10 metros cuadrados de árboles por colonia y no los hay.
El Ayuntamiento se puso como meta el trasplantar por lo menos 20 mil árboles anualmente, mientras que diversos colectivos ambientales han hecho lo propio en lo que va del 2020 con más de 5 mil, por lo que el Corredor Biológico sería un antes y un después, aunado a los esfuerzos que realizan autoridades y sociedad civil.
Estimaciones de ambientalistas señalan que se necesitan alrededor de 22 árboles para producir el oxígeno de una persona, además de que reducen la temperatura ambiente en por lo menos dos grados centígrados.