Un año complicado han tenido los recolectores de pitayas, debido a los incendios forestales que de han presentado en los últimos meses en la región de Carbó, lo cual redujo la cantidad de frutos disponibles para esta temporada.
La alcaldesa de este municipio, Lenika Plascencia declaró que los siniestros han consumido zonas en las que se da este alimento, lo que ha orillado a las personas a tener que recorrer distancias más largas para obtenerlo.
“Este año es especial, porque nos ha tocado muchos incendios. El municipio tiene 20 mil hectáreas de incendios y mucho ha sido en el área de la pitaya, entonces sí nos está pegado duro, los climas son variantes, pero ya empezaron las primeras producciones”, pronunció.
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Al ser una actividad que mueve la economía de ese lugar, ha sido complicado para las más de 300 familias que dependen de la venta de este producto que se da en los cactus.
Debido a este escenario, no descartó que se de un incremento en su costo, al ser más difícil conseguirlo, además que no habrá la misma cantidad disponible que en años anteriores.
“Platicábamos con los pitayeros sobre las distancias que van a hacer ahora, antes era más fácil, más cercano, menos cansado ir por el producto, ahorita se tienen que extender más y solo en el área que a la que van fueron 600 hectáreas quemadas, por eso tienen que ir más lejos con sus baldes a recolectarlas", mencionó.
Pidió a los ciudadanos que respeten los precios en los que se comercializa el fruto, como reconocimiento al esfuerzo que hacen los habitantes de esa localidad para que los clientes puedan disfrutar de su exquisito sabor.
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Estimó que cada vendedor obtiene una ganancia entre los 1 mil y los 1 mil 500 pesos, la cual utilizan para el sustento de sus hogares.
Invitó a los hermosillenses a que sean parte de las festividades que se tienen programadas en ese municipio el 30 de junio, donde se hará una muestra gastronómica en la que se ofrecerá bacanora de pitaya, una bebida que ha cobrado relevancia entre los que gustan de probar sabores exóticos.