Conforme pasan los años, el servicio del transporte en la mayoría del estado sigue siendo una asignatura pendiente por resolver de parte de las autoridades, en este caso del Instituto de Movilidad y Transporte para el Estado de Sonora (IMTE), debido a que los usuarios consideran que, a pesar de los anuncios hechos recientemente, no notan un cambio favorable.
Para dicho organismo, en el Paquete Presupuestal de 2023, se estableció en 2023 obtendría un presupuesto total de mil 100 millones de pesos, lo cual significó un incremento de 300 mdp con respecto al año anterior.
Sin embargo, ese dinero no es asignado directamente desde el inicio del ejercicio fiscal, explicó el dirigente de la asociación Vigilantes del Transporte, Alfonso López Villa, debido a que esa cifra se completa con los recaudos mensuales que salen del cobro de tarifas en los camiones.
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Expuso que, con base a información oficial, se tiene conocimiento que tan solo en la capital, los administradores de las unidades, en este caso las empresas Administración Corporativa de Hermosillo S.A. de C.V. y Movilidad Integral de Hermosillo S.A. de C.V., entregan al IMTE un promedio de 30 a 40 millones de pesos por mes, producto de los viajes cubiertos por los usuarios.
El dinero que sí se tiene fijo desde marzo cuando se liberan las partidas del paquete económico son los 210 millones de pesos destinados para subsidiar los pasajes gratuitos, sin embargo, existen elementos para establecer que se utiliza por completo o que si se entrega a los concesionarios no es con justa razón, debido a que ese beneficio no se cumple al 100%.
"Regularmente se le asignan al Instituto esos millones para el transporte a estudiantes, pero el presupuesto total estamos hablando de un mil 100 mdp. Con los cambios que hubo al pasar de Femot, luego UNE y ahora IMTE, todo se mete a una licuadora, y eso incluye el recaudo que se hace en Hermosillo", explicó el líder de la asociación civil.
No es parejo
Señaló que, a excepción de Hermosillo, en el resto de los municipios en los que existe un sistema de transporte, se les cobra a los niños y jóvenes los traslados, un hecho que es indebido, porque viola la Ley que establece que en todo el estado se debe dar ese apoyo, siempre y cuando los estudiantes estén registrados ante algún sistema que dependa de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC).
A través de redes sociales diversos usuarios han denunciado que a pesar de los métodos tecnológicos que se implementan para regular que los conductores no reciban pagos de las personas, sigue siendo una práctica común, tal y como se evidenció hace unos días en la plataforma de X, donde un supuesto trabajador realizaba el conteo de una cantidad importante de monedas, mientras portaba el uniforme, esto en una estación de gasolina, lo cual generó suspicacias de los internautas.
En cuanto a la manera en la que los prestadores de este servicio obtienen una ganancia, el coordinador temático de la Mesa de Movilidad en la organización Hermosillo ¿Cómo vamos?, profundizó que es por kilómetro recorrido que se les da una cantidad, a través de facturas en las que plasman las cantidades y posteriormente la autoridad les da lo correspondiente.
Se buscó obtener datos sobre esos pagos y también de cuántos pasajes gratuitos se han proporcionado en el año, pero no hubo respuesta por parte de los representantes del IMTE. En Vigilantes del Transporte tampoco cuentan con esa información, debido a que tampoco se les ha proporcionado con precisión por parte de las autoridades.
Vehículos nuevos
Hace unos meses se anunció por parte del gobernador Alfonso Durazo y del titular de la dependencia estatal, Carlos Sosa Castañeda la adquisición de 163 vehículos, tanto camiones como vans, que fueron entregadas a varios municipios para reforzar la estructura, para las que se destinaron 216 millones de pesos que salieron del presupuesto del Gobierno del Estado y una parte de la iniciativa privada.
Con ello en Hermosillo se llegó a 340 unidades en circulación, todavía casi un 25% menos del total de las 450 que, a decir de otros expertos en el tema, aseguran que se ocupan para que se brinde un servicio óptimo.
Los 113 camiones quedaron distribuidos de la siguiente manera: 25 fueron adquiridos por la empresa y 13 por la administración estatal, así como un tipo eléctrico; para Nogales fueron 24, Cajeme, 44 y Navojoa, cinco, con un valor global de 184 mdp, que reforzaron 23 líneas, se reactivaron tres y se creó una nueva.
"Con la incursión de 160 camiones que anunciaron no hubo ningún beneficio para el usuario, porque fueron reposiciones de camiones, de esos dijeron que sólo 30 eran por parte de las empresas y ya estaban aquí desde julio y las anunciaron hasta septiembre. Las compró la empresa, pero las anunciaron como que se había hecho una inversión por parte del gobierno", cuestionó López Villa.
Al menos un acierto
Lo que sí se considera un acierto es la integración de 50 vans que ayudarán a la movilidad de miles de personas en al menos nueve municipios como Etchojoa, Agua Prieta, Benito Juárez, Caborca, Empalme, Huatabampo, Magdalena, Puerto Peñasco, entre otros, las cuales tuvieron un costo total de 32 mdp, 40 pagadas por el Gobierno del Estado y el resto por empresarios.
Aún y cuando afirma que ese esquema fue un acierto, hay recovecos que se deben atender como es el cobro no regulado por parte de los choferes, que se traduce en una fuga importante de recurso para la estructura oficial.
"El único beneficio son las vans nuevas, esas unidades sí vemos que fue un beneficio, el problema es, cómo no tienen control del ingreso, del recaudo que paga el usuario, es una rebatinga, porque no hay cámaras, ni barras y el chofer entrega lo que él quiere. Se vuelve una caja chica", fustigó.
Bien dicen que no todo lo que brilla es oro y una muestra de ello es que los mismos ciudadanos han expuesto a través de diferentes plataformas que se "han acostumbrado" a escuchar que hay inversiones en el transporte, pero terminan por ver unidades que se traen de los Estados Unidos y no de las que deberían salir de una agencia.
Lo preocupante para el sector de la sociedad es que siguen a la espera de que una vez por todas haya una solución al déficit y a la atención que se les brinda, pero parece que esa exigencia está lejos de ser resuelta.
"Lo vemos peor al IMTE, antes se daban los viajes gratis en Cajeme y Navojoa, la Ley dice que inclusive con los vans, en Guaymas no hay servicio gratis, les cobran en todas partes, ese dinero a dónde va, no se utiliza el subsidio, creemos que están comprando unidades para dar el servicio", añadió.
¿Qué dicen los usuarios?
Alondra Pineda, quien es estudiante de la Universidad de Sonora y a diario usa la línea 04 para trasladarse desde su hogar en el norte de la capital hasta el Alma Mater, comentó que hay ligeros avances en la dignificación del servicio, como es el encendido del aire acondicionado, pues durante muchos años le tocó padecer altas temperaturas en el interior y ahora eso ya no es un problema.
"Si me preguntan si creo que ha mejorado el servicio, tengo que decir que sí, al menos en lo del aire acondicionado, pero lo que sigue pendiente es que haya más rutas, porque seguido tenemos que esperar en las mañanas a que nos levante una, ya sea porque van llenas o porque los choferes no se paran", expresó.
Y es que basta con esperar unos minutos en cualquier parada de autobús para escuchar reclamos o resignaciones de usuarios que por llegar tarde a sus trabajos perderán parte de sus ingresos o bien, se harán acreedores a una sanción administrativa por parte de sus superiores, debido a los atrasos en los camiones.
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"Desde hace mucho entendí que tengo que salir como casi dos horas antes para llegar a la 'chamba', es por demás, en las mañanas es muy complicado agarrar un camión si no sales a tiempo, porque pasan retacados o a veces van pegados y luego hay que esperar a que pase el que sigue y ahí se te va hasta más de una hora", lamentó Jorge Valenzuela.
López Villa sentenció que permanecerá desde sus trincheras con la lucha porque se dignifique el servicio de transporte, así como el sugerir mediante foros, consultas y directo a las autoridades, cuáles son las necesidades apremiantes que deben solventar para que se tenga un sistema digno.
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