Actualmente existe un proyecto por parte del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) para desarrollar un tratamiento de insulina vía oral para diabetes tipo 1, como alternativa al tratamiento vía subcutánea.
Esta línea de investigación se viene desarrollando desde hace 17 años, de la cual se han derivado distintos materiales, según explicó en entrevista exclusiva para El Sol de Hermosillo, Elizabeth Carbajal Millán, profesora investigadora del CIAD.
La especialista dio a conocer que dentro de esta línea de investigación se han llevado a cabo distintos proyectos, financiados por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y tecnologías (Conahcyt) y más recientemente de este se derivó una tesis doctoral sobre nanopartículas de la Doctora Yubia Berenice de Anda Flores, quien se encuentra realizando una estancia postdoctoral en el CIAD.
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Detalló que este trabajo consiste en el desarrollo de un material que está formado por una fibra que se obtiene de cereales, particularmente del maíz, el cual encapsula la insulina para ser administrada de forma oral, de esta manera, el medicamento va protegido a través de la ruta que sigue en el cuerpo.
Si la insulina, la cual tiene estructura tipo proteína, se liberará en el estómago, se dañaría y no podría surtir efecto. Al encapsularla, tiene la oportunidad de recorrer el estómago para llegar al colon. La gran ventaja es que esta fibra protege la insulina, ya que es resistente a las condiciones del estómago y una vez en colon, la fibra libera la insulina, precisó.
De igual forma, -dijo- se han probado otros compuestos como antiparasitarios o metronidazol, incluidos en este material como protector, pero a nivel comercial, actualmente no existe un medicamento que tenga su base en este tipo de fibra.
“En este momento en el mundo no existe una opción de insulina oral, hay diversos grupos que están investigando en este sentido, hay un grupo bastante avanzado en Israel y otro en Dinamarca, hay diversos grupos, pero nosotros somos pioneros, somos los únicos a nivel mundial”, destacó Carbajal Millán.
Explicó que actualmente no se cuenta con una presentación definida para este medicamento, ya que en estos momentos está en la fase de pruebas. Hasta este momento se ha obtenido con éxito el material en forma de nanopartículas, pero la parte de cómo se va a administrar aún no se establece, ya que la investigación se enfoca por el momento sobre el proceso de liberar la insulina y posteriormente abordarán cómo se va a administrar a los pacientes, lo cual es algo que aún lleva tiempo.
“Probamos llevar la insulina vía oral en animales de experimentación, en este caso, ratas de laboratorio para control de glucosa en sangre, este material que desarrollamos fue un material muy exitoso y pudo controlar esa glucosa que se presenta a niveles muy altos en los enfermos con diabetes”, detalló.
Beneficios de la estrategia
Uno de los principales beneficios que supondría esta presentación del medicamento, consistiría en mejorar la calidad de vida y evitar la aplicación de insulina por inyección, lo que provocaría un menor rechazo al tratamiento, por lo tanto, los efectos adversos que se ven en la diabetes a largo plazo podrían verse disminuidos por tener un mejor apego al tratamiento.
“De inicio, si se piensa en las personas con diabetes, realmente sería algo muy bueno en cuanto a calidad de vida, si hablamos de la diabetes tipo 1, donde quienes la padecen son personas jóvenes, incluso niños, pensar en un niño que se tiene que estar administrando la inyección, se acostumbra, pero no quiere decir que sea algo agradable”, dijo.
Por su parte, Yubia Berenice de Anda Flores, quien se encuentra realizando una estancia posdoctoral en CIAD y colabora en esta investigación, detalló que este proyecto ya pasó por las fases de laboratorio y de desarrollo y actualmente se encuentra en la etapa de administración a animales de prueba, la cual es una etapa preclínica, para posteriormente pasar a pruebas clínicas en personas, la cual requiere de una administración con esquemas bien estructurados, además de vigilancia médica a los pacientes.
Durante la fase de prueba con seres humanos, esta cambia el número de voluntarios que se necesita para llevar a cabo la investigación, en la primera etapa de esta fase se necesitan pocas personas, -dijo- las cuales pueden ser de 10 a 20, y tiene que ser estrictamente en un hospital para tener toda la atención necesaria y probar si este material es eficaz, mientras que en las etapas dos y tres, el número de voluntarios puede ampliarse a 50 a 100 voluntarios con condiciones un poco más relajadas, pero aun con vigilancia.
Puntualizó que para continuar con las siguientes etapas de esta investigación se necesita financiamiento, el cual debe ser una fuente alterna a Conahcyt, dado que proyectos como este no contemplan ese tipo de apoyos, aun así, puede trabajarse como un proyecto en acompañamiento con una industria farmacéutica o financiamiento del extranjero, lo cual ya están intentando.
Una vez obtenido el financiamiento adicional, el cual tendría que rondar los cinco millones de pesos, se podría hablar de que este medicamento podría ver la luz en un máximo de cinco años, ya demostrando que es eficaz y está probado.
Hasta el momento, en la etapa de pruebas con animales no se han tenido efectos adversos, dado que es una fibra que se consume de manera cotidiana, y por las características del material se considera que pudiera tener muy buenos resultados.
Trabajo en equipo
Actualmente en este proyecto colaboran un gran número de personas, tanto del CIAD como del Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la Universidad de Sonora, así como de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y de la Universidad Autónoma de Sinaloa, además han participado el Sector Salud, el Hospital Infantil y el IMSS de Empalme, así como instituciones del extranjero tales como la Universidad de Navarra, en España y la Universidad de McGill, en Canadá.
“Como grupo no solo participa CIAD, es realmente un proyecto interinstitucional, un grupo de trabajo muy grande, estamos conscientes que no podemos hacer mucho, por un lado, por los recursos y por el otro dado que se involucran distintas disciplinas, química e Ingeniería, por ejemplo, pero requerimos colegas en el área de la microbiología, nanotecnología”, apuntó la investigadora.
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Es una investigación muy prometedora y probarlo en humanos será la etapa decisiva, dado que se tiene que tener muy claro el cómo va a funcionar en personas, el modelo de las pruebas en animales permite tener una idea de esto, pero de igual forma se debe probar en humanos.
“El trabajo no se detiene, continuamos en el trabajo de laboratorio, continúan evaluándose otros aspectos del material, podemos avanzar, lo cual es bueno, podemos complementar y fortalecer más el desarrollo de este producto, pero seguimos insistiendo en el financiamiento que necesitamos, una gran ventaja es que desde 2015 solicitamos la patente, se nos fue otorgada la patente tanto en México como en el extranjero, la parte de propiedad intelectual está en CIAD”, finalizó Elizabeth Carbajal.
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